INTRODUCCION: Cuando escuchas el título, te preguntarás “¿ventanas?” algunos inmediatamente harán memoria o conexión con Malaquías 3:10 que nos habla de los diezmos y ofrendas, y que si somos fieles en devolver a Dios lo que ya es de Él, Él nos abrirá las “ventanas” de los cielos y derramará bendiciones hasta que sobreabunde. Aunque esto es cierto, el tema de hoy no tiene que ver con Malaquías 3:10 ni de diezmos u ofrendas pero si tiene que ver con la fidelidad. Si somos fieles a Dios “dejando las ventanas abiertas” veremos que también Dios derramará bendiciones sobre nosotros hasta que sobreabunde.
CONTEXTO: Las ventanas que se deben dejar abiertas las encontramos en Daniel 6:10 que dice, “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entro en su casa; abiertas las ventanas de su habitación que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, oraba y daba gracias delante de su Dios como lo solía hacer antes”. Esta es la quinta oración que encontramos en el libro de Daniel. Esta oración obviamente la hace Daniel mismo. El contexto de esta oración es de desesperación, porque Daniel sabe que la ley o edicto que se hizo va en contra de él, las leyes de los Medas y los Persas eran irrevocables (Daniel 6:12). La ley, establecida y manipulada por los sátrapas, gobernadores, capitanes y príncipes (Daniel 6:3) no era solo para eliminar a Daniel su posición como Gobernador, sino de matarlo, ya que el Rey Darío tenia deseos de promoverlo y ponerlo sobre todo el reino (Daniel 6:3). Daniel ahora derrama su ser ante el Señor sabiendo que su vida está amenazada por la promulgada ley. Daniel sabe que su vida está en peligro en los próximos 30 días, y existe el gran riesgo de terminar en las fauces de los leones.
EXCUSAS: Daniel pudo hacer como el mismo Jesús dijo en Mateo 6:6 “Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público”. Pudo decir “bueno Dios mío, tú debes de entender mi situación y sabes que mi vida corre peligro por lo tanto durante estos 30 días, voy a orar con las ventanas cerradas y en secreto. Son solo 30 días, volveré abrir las ventanas para orar”. Daniel no hizo eso, abrió las ventanas para orar como siempre lo hacia. No puso excusas como lo hacemos nosotros, no cambio sino que fue el mismo de siempre a pesar de las circunstancias. Abrió las ventanas, oro 3 veces al día y no puso ninguna excusa. Las EXCUSAS no agradan a Dios. Las excusas no cambian a Dios sino nos cambia a nosotros mismos. No cambian nuestra circunstancias, solo justifican nuestras acciones, pero nunca estarán en armonía con la voluntad de Dios. Una excusa, al final de cuentas, es eso, una excusa. La voluntad de Dios es que dejes las ventanas abiertas.
LA VOLUNTAD: La voluntad de Dios para Daniel es la misma para nosotros hoy en día. Dios quiere que dejes las ventanas abiertas. Los 120 sátrapas, gobernadores, príncipes y aún el mismo Rey Darío sabían que Daniel oraba tres veces al día con las ventanas abiertas. Si Daniel hubiera cerrado la ventana habría demostrado que el rey de la tierra tiene más poder que el Rey del cielo. La voluntad de Dios es que confíes en Él en todo momento, especialmente cuando más lo necesitas. No cierres las ventanas, confía en Dios a pesar que tu vida esté bajo la amenaza de ser echada al foso de los leones. Los leones no son un problema para Dios. ¿Acaso habrá algo difícil para Dios? (Jeremías 32:27) Si para Dios los leones no son una preocupación, tampoco lo deben ser para ti. No te preocupes por los leones de la enfermedad, de la depresión, de las finanzas, de los problemas matrimoniales, de hijos rebeldes, de la droga o el alcohol. Dios está al control, su voluntad es que dejes la ventanas abiertas.
LA ORACION: Daniel oró como siempre. No oró simplemente por lo que estaba pasando, no como muchas veces lo hacemos nosotros. Él oro como siempre. La situación no movió a Daniel orar como oró, porque siempre oraba de la misma manera. La prueba, la crisis, el problema, la situación no fue la razón por la que Daniel derramó su ser ante Dios en oración; porque siempre derramaba su ser a Dios en oración. Daniel oraba así, durante y después de la prueba. Dicen que “es más fácil orar durante la prueba, que vivir una vida de oración.” Necesitamos ser cristianos de oración, con todo nuestro ser, no solo durante la prueba, sino todo el tiempo. Daniel oró mirando hacia Jerusalén porque él tenía la esperanza que algún día regresaría a la santa cuidad. La oración de Daniel era de esperanza. Necesitamos tener esperanza a pesar de las circunstancias. La esperanza no depende de lo que veo sino del Dios en quien confío pero no veo. Daniel tenía la certeza y convicción que él no estaba solo, sino que Dios estaba con El. Cuando nosotros vivimos una vida teniendo presente que Dios está, viviremos una vida diferente.
LA BENDICION: A pesar que Daniel oró, fue echado al foso de los leones. A simple vista pareciera que Dios no contesto la oración. Después de todo, ¿Por qué fue echado al foso de los leones?. Suponemos que Dios cuidaría de Daniel. Recordemos que desde el cielo, Dios puede ver toda la tierra. Es decir, Que Dios ve y sabe todo. Mucho más de lo que nosotros podemos entender o comprender. La respuesta de Dios no siempre será como le queremos, o la pedimos, ni tampoco en el momento que lo pedimos. Los que confían en Dios están dispuestos a ser fieles a pesar de tener que esperar o del método de Dios. Es importante entender que los planes de Dios son muchos más grandes que los nuestros. Al final de la historia, Daniel fue liberado y Dios cerró la boca de los leones. Dios estuvo con Daniel mientras estuvo en el foso de los leones. De igual manera, Dios también nos acompaña en el mismo foso de los leones en el que estamos. Si vemos bien la historia, Daniel ya sabía muy bien quien era Dios, el Rey de los cielos y de la tierra, quien no lo sabía era Darío. Quien necesitaba salvación no era Daniel, sino el Rey. Dios deseaba salvar el Rey Darío a través de Daniel. Era a través de la prueba de su siervo que Dios iba llegar al corazón del Rey. Darío amaba mucho a Daniel. conocía muy bien que Daniel era judío y creía en el Dios de Israel y también sabía que Daniel oraba 3 veces al día y que era un fiel creyente de Jehova, solo que no conocía personalmente al Dios de Daniel. Era por medio de esta prueba que iba a ver y a conocer al Dios de Israel. Muy temprano por la mañana el primero en llegar al foso de los leones fue el Rey Darío. Lo primero que hace es gritar: “Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tu continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?” quien más estaba pendiente de lo que Dios iba hacer con la situación de Daniel era Darío, Y fue así. Vio el poder de Dios ser manifestado a través de la prueba de Daniel. Nuestras pruebas no solo nos afectan, sino también a aquellos que nos están viendo. Cuando vencemos las pruebas, con el poder de Dios, somos bendecidos grandemente. Esa bendición no se queda solo con nosotros, sino también con aquellos que son testigos del poder de Dios. Al final de la historia, Darío escribe una ordenanza a todas las naciones declarando que todos los que están bajo su dominio deben de temer ante la presencia del Dios de Daniel. (Daniel 6:26), incluyendo al mismísimo Rey.
OPORTUNIDAD: La historia de Daniel muestra el poder y la protección de Dios a través de la prueba. No solamente revela la manera como Dios lo salvó, sino también al rey. ¿Qué habría pasado si Daniel no hubiera dejado las ventanas abiertas? ¿Qué si Daniel hubiera cerrado las ventanas? Algunos dirían que es un detalle insignificante, sin valor, Pero recuerda, que lo que para ti es pequeño para Dios tiene muchísimo significado. Dejando las ventanas abiertas, era la oportunidad que Dios le dio a Daniel para demostrar su fe. Nuestro Dios nos brinda oportunidades para ejercer nuestra fe en él. Debes de recordar que la acción tiene consecuencias para bien o para mal, y que también influyen para bien o para mal de aquellos que nos ven. Si hoy te encuentras con la oportunidad de ejercer tu fe, deja las ventanas abiertas. Dios te bendecirá y serás bendición para otros. Aprovéchala y atesórala.