Monthly Archives: March 2018
Cuatro buenos amigos
«Entonces, entre cuatro, le llevaron un paralítico. Pero como había mucha gente y no podían acercarlo hasta Jesús, quitaron parte del techo de la casa donde él estaba, y por la abertura bajaron al enfermo en la camilla en que estaba acostado». Marcos 2: 3-4
DEFINITIVAMENTE ESOS HOMBRES amaban a su amigo y querían que se sanara. La Biblia no nos da detalles sobre ellos, pero puedo asegurarte que creían en Jesús. Mi historia se asemeja a la de este paralítico. Nací y me crié en la iglesia, pero a los dieciséis años abandoné la iglesia y me fui al mundo. Fue como una enfermedad espiritual, una parálisis espiritual. Me alejé por completo y cada día se me hacía más difícil regresar a los caminos de Dios.
Después de cuatro años, unas amistades me llevaron a una Iglesia Adventista. Quizá notaron que yo estaba enfermo espiritualmente y querían que Dios me transformara. Asistí durante tres años, pero mi vida seguía alejada de Dios. Confieso que escuchaba al predicador hacer el llamado y miraba a mi alrededor a ver quién se pondría de pie; incluso pensaba: «¡Alguien que pase al frente para que el culto termine, tengo hambre!», sin aceptar que ese llamado era para mí.
Luego de tres años de continuar alejado de Dios e ignorar sus invitaciones, él me habló a través de un sueño. Al despertar, decidí cambiar mi vida y servir al Señor. Estuve dos años en la iglesia sirviéndole a medias, sin comprometerme por completo, huyéndole al bautismo, sin estar dispuesto a sacrificarme, pero aun así, estos amigos seguían llevándome a Jesús. El Espíritu Santo continuó trabajando en mi corazón y dos años más tarde tomé la decisión de comprometerme por completo con Dios y bautizarme.
Hoy trabajo a tiempo completo en la obra de Dios. El me transformó en otro hombre. Agradezco a Dios por su perdón, y a los instrumentos que utilizó para llevarme a los pies de Jesús.
La historia está llena de personajes que decidieron ayudar a otros. Dios busca personas que lleven a sus amigos paralíticos espirituales a los pies de Jesús. Busca a tus amigos paralíticos espirituales, esos que no pueden caminar por sí mismo hacia el Señor, y llévalos sin importar los obstáculos y ten fe de que Jesús los transformará. ¡Vamos! ¿Qué esperas?
Francis O. Neil Nieves Muñoz, Puerto Rico
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
Con él, todo
«Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí». Gálatas 2: 19-20
DESPUÉS DE HABER RECIBIDO diecisiete disparos quedé postrado en una cama, sin poder mover las piernas y con la posibilidad de que me las amputaran. Mientras estuve en cama me preguntaba: «¿Por qué a mí, Dios? ¿Por qué mi hermano tuvo que morir?». El dolor y la angustia me hicieron tocar fondo y comprender que mi orgullo y mis malas decisiones provocaron graves consecuencias. Fue en aquel momento cuando decidí clamar al Señor y rendirme a él. Oré: «Padre, ¡perdóname porque soy un pecador! Por favor, devuélveme mis piernas. Si lo haces te prometo servirte todos los días de mi vida». En medio de aquel mar de llanto tuve mi primer encuentro con Dios; y por primera vez experimenté paz.
Al día siguiente, llegó el terapeuta a mi habitación, y con el entusiasmo que lo caracterizaba me dijo:
—Juan, alístate que hoy tú vas para arriba.
Dudando de lo que me decía, le refuté:
—No juegues con mis sentimientos; tú sabes que yo no puedo.
—Ten fe — continuó diciéndome—. Confía en Dios.
Aquella mañana, por primera vez en mucho tiempo, volví a sentir mis piernas, pude experimentar el poder de la oración. Dios me levantó, me sanó y me restauró. No creo que sea necesario que tengas que pasar por esto para conocer al Señor. Sin embargo, si te encuentras en una situación similar, ¡ábrele la puerta de tu corazón a Jesús!
Hoy es un nuevo día, hoy puedo decir como Pablo: «Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí». Ocho meses después estudié la Palabra de Dios y actualmente soy estudiante de Teología en la Universidad Adventista de las Antillas, en Mayagüez, Puerto Rico.
Si Dios cambió mi vida también puede cambiar la tuya.
Juan Mendoza Quiles
Puerto Rico.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
Sin él, nada
«Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo». Salmo 23: 4
¿ALGUNA VEZ has soñado con tenerlo todo? Fiestas, amigos, popularidad y un lugar cómodo donde vivir. Todo esto lo tuve y no sirvió para nada. Esta es mi historia:
Tenía toda la energía del mundo. Era un joven estudiante, basquetbolista y un chico intrépido, con muchos deseos de convertirme en el primer ingeniero civil de la familia. Estudiaba en una universidad prestigiosa de la capital de Puerto Rico, y tenía una vida acomodada donde aparentaba no faltarme nada. Por mis malas decisiones tuve que regresar a mi ciudad natal en el sur del país. Allí, en casa de mis padres, y con el deseo de seguir estudiando, continué mis estudios en otra universidad.
Dios nos dice en su Palabra que «las malas compañías corrompen las buenas costumbres» (1 Corintios 15: 33, NVI). Eso me sucedió cuando comencé a pasar tiempo con personas que estaban involucradas en el narcotráfico; todo con la buena intención de ayudarlos a salir de ese mundo. ¡Qué lástima!, yo no tenía los recursos ni la capacidad para hacerlo. Poco a poco me fui involucrando en su mundo, y cuando me percaté estuve en discotecas, en fiestas y cometiendo toda clase de acciones de ese mundo.
El 20 de marzo de 2014 todo parecía normal. En esa ocasión me encontraba de fiesta con unos amigos pero lo que parecía ser una noche más de fiestas terminó por ser la peor noche de mi vida. Salí con mi hermano y un amigo, que tenía deudas pendientes en el «bajo mundo». Tras haber llegado a cierto lugar, tres individuos se acercaron a nuestro automóvil y empezaron a disparar. Diecisiete disparos alcanzaron mi cuerpo, dejándome entre la vida y la muerte.
Mientras yo luchaba por vivir, la gracia y el poder de Dios me preservaron la vida. Mi hermano no corrió la misma suerte y falleció. Quizás tus malas decisiones han puesto en riesgo tu vida, si ese es tu caso ha llegado el momento de que te detengas y rindas tu vida a Jesús. Con él lo tendrás todo; y sin él no tendrás nada. ¿Quieres saber qué pasó conmigo luego de aquella noche? Mañana te lo cuento.
Juan Mendoza Quiles
Puerto Rico.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
Hasta que llegaron al puente
«Un amigo es siempre afectuoso, y en tiempos de angustia es como un hermano». Proverbios 17: 17
UN DÍA ME LEVANTÉ y, como de costumbre, salí a pedir en el semáforo. Ese día pasó un carro con dos jóvenes y les pedí dinero. Ellos me dijeron que no tenían, pero si quería comer ellos me comprarían comida. Les dije: «Así son todos los que ofrecen y no compran nada». Unos quince minutos después me llamaron y fui con ellos a un restaurante de comida rápida. Allí conversamos. El menor me dijo que se llamaba José y el mayor Fride. «Me llamo Manuel Gómez, pero me dicen Pipo», les dije. Ellos se fueron y dejaron conmigo una revista: El Centinela.
Al día siguiente regresé a mi semáforo habitual. Ese día volvieron los muchachos, pero esta vez con ropa. Yo me alegré mucho de verlos. Compartieron un rato conmigo y se fueron. Llegó la noche y volvía a dormir debajo del puente, en una casa improvisada con el cartón de una nevera. Al tercer día volvieron los muchachos, y comprendí de que no era una casualidad. El menor me dijo que tenía una pregunta que hacerme: ¿Te gustaría acompañarnos a la iglesia? Yo contesté: «Visitarme tres veces no es una casualidad, Dios tiene algo para mí por medio de ustedes. Sí, quiero ir a la iglesia, pero, ¿dónde me voy a bañar». El joven me dijo que ya estaba todo arreglado, que en su casa me tenía ropa y zapatos. Así que fuimos.
Nunca me había sentido tan bien como en esa iglesia. Todos los hermanos me abrazaban como si ya me conocieran. Al concluir la actividad mis nuevos amigos me llevaron a su casa y allí viví durante dos meses. Al finalizar este periodo decidí bautizarme y al salir del agua dije que iba a servir al Señor y así fue. Me bauticé el 10 de enero de 2010 y un día después ocurrió el terremoto que sacudió Haití.
Trabajé para Dios ayudando a esas personas durante un año y Dios me acompañó todo ese tiempo. Al momento de escribir esta reflexión llevo seis años sirviendo a Dios, sin mirar hacia atrás.
Aunque estés afligido no temas, que Dios es el doctor por excelencia, tu refugio y esperanza. Dios te bendiga grandemente en este día.
Manuel Gomez (Pipo), Puerto Rico
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
Buscando vidas en lugares de muertos
«Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa». Isaías 41: 10, NVI
Ayer te conté cómo Dios me dio vida en los lugares de muertos. Hoy quiero contarte cómo Dios me ha enviado a buscar vidas en lugares de muertos. Un día un ministerio que se dedica a rescatar gente del mundo de las drogas llegó a mi iglesia. La programación me hizo preguntarme: «¿Qué estás haciendo por esas personas?». Una semana después, saliendo de la casa de un amigo, dando marcha hacia atrás en mi auto, se me acercó un joven drogadicto para pedirme dinero. Lamentablemente no tenía dinero para darle. Entonces él me pidió que lo llevara en mi carro a un sitio para no caminar. En ese momento escuché la voz de Dios diciendo: «Llévalo y háblale de mí».
Mientras lo llevaba le hablé de Cristo y de cómo Dios le podía ayudar con su problema. En esos momentos él sacó una pistola y me dijo: «Esto es un asalto». Entré en pánico, pero la misma voz que me había ordenado predicarle, me dijo: «No temas, porque yo estoy contigo». Así que continué hablándole de Cristo. Pedí dinero a un amigo y se lo entregué al joven, que me había pedido que lo llevara al punto de venta de drogas y luego a un último lugar; mientras tanto, yo le seguía hablando del poder de Dios. El empezó a llorar y me dijo que deseaba un cambio en su vida.
El último lugar al que lo llevé era a su casa. Me permitió entrar y buscó una Biblia que leía todas las noches. La Biblia se me hizo muy familiar y le pregunté dónde la había conseguido. «Es de mi abuelita», me contestó. «¿A qué iglesia asiste tu abuelita?», pregunté. «A la Iglesia Adventista del Séptimo Día», fue su respuesta. ¡Qué sorpresa! Decidí abrir la Biblia y hablarle de la salvación, también le ofrecí llevarlo al programa de rehabilitación.
Cuando aceptas a Cristo en tu corazón, él te transforma y te envía a buscar vidas en lugares de muertos.
Hoy pídele a Dios que te dé la oportunidad de rescatar a un amigo, familiar o compañero de tu trabajo que esté en lugares de muertos.
Luis E. Guadalupe García, Puerto Rico
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
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A prueba de balas
«Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal». Jeremías 29: 11
CUANDO TENlA CUATRO AÑOS DE EDAD mis padres se divorciaron, y yo me quede viviendo con mi mamá. Unos años después nos mudamos a Puerto Rico. Vivíamos en un residencial famoso por su criminalidad. El narcotráfico, la drogadicción, el uso de armas de fuego y los asesinatos eran el pan de cada día.
Un niño aprende lo que ve. Yo veía que cuando alguien mataba a otra persona, el asesino era muy respetado por los demás. Cuanto más violento eras, más te respetaban. También noté que el narcotráfico era muy lucrativo, los traficantes llevaban «la buena vida» y me vi muy tentado a iniciarme en esos caminos; sin embargo, dos experiencias me hicieron cambiar de opinión.
Vi muchos asesinatos antes de llegar a mis años de adolescencia. En una ocasión vi cuando un amigo recibió 94 balazos. En otro incidente me encontraba con unos amigos en un barandal del vecindario, vimos que se acerco silenciosamente un vehículo negro y se parqueó detrás de uno de los edificios. Había un traficante de drogas no muy lejos de nosotros. Unos hombres salieron del vehículo y comenzaron a dispararnos. Mientras corríamos yo podía escuchar las balas silbando al pasar por mis oídos y echando chispas al impactar en la calle y en las paredes de concreto de los edificios. Nos estaban disparando con rifles AK-47. Mientras nosotros corríamos los tiradores voltearon sus armas y le dispararon al traficante que estaba cerca de nosotros y lo mataron. Estas experiencias cambiaron mi vida, me hicieron reflexionar y hoy ando en los caminos del Señor.
Satanás está atacándonos especialmente a ti y a mi. Él quiere destruir la juventud porque sabe la gran obra que podemos hacer y la influencia que podemos tener. Por eso utiliza las drogas, el sexo ilícito, el crimen, las pandillas, para que Dios no pueda cumplir su propósito en ti. Pero hoy puedes tomar la decisión de ser un joven ejemplar como Daniel, José y otros héroes de la Biblia, que desde muy jóvenes fueron fieles representantes de Dios. Es mi deseo en este día que no tengas que pasar por lo que yo pasé para escoger al Señor, entrégate a él y pídele que cumpla su plan en ti.
Anónimo, Alerto Rico
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Por qué quieres ir al cielo?
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Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Llegaré entonces a tu altar, oh Dios, y allí te alabaré al son del arpa, pues tú, mi Dios, llenas mi vida de alegría». Salmo 43: 4
Eran las 3:45 de la mañana cuando, antes de irme a la universidad, me dispuse a realizar mi culto personal. Mientras leía mi Biblia, me encontré con el texto bíblico de hoy: «Llegaré entonces a tu altar…». Medité en todo el capítulo y de repente me conmoví, se me hizo un nudo en la garganta y me eché a llorar. ¡Un momento! ¿Qué había sucedido? Mi mente se había trasladado por la fe hacia el trono celestial desde donde el Señor hoy obra en nuestro favor. ¡Un lugar hermosísimo, santo, lleno de música y alabanza! Entonces descubrí que mi más grande anhelo, el sueño de mi vida, es entrar a ese lugar para cantar en vivo y directo frente al Creador del universo ¡Qué privilegio!
A lo largo del año, especialmente durante los primeros, meses nos proponemos metas. ¿No crees que ir al cielo debería ser la mayor de todas? ¿Sabes por qué quieres ir al cielo? En Marcos 11: 24 Jesús dice: «Por eso les digo que todo lo que ustedes pidan en oración, crean que ya lo han conseguido, y lo recibirán». Quizá deseas ser salvo para ver allá algún familiar fallecido, o quieras escuchar las historias de Jesús o algún personaje bíblico, no lo sé; pero estoy segura de que quieres llegar al Cielo.
David escribió en el Salmo 34; 14 «Aléjate de la maldad, y haz lo bueno; busca la paz, y síguela». Apodérate cada mañana de un versículo que te motive a ir a los pies de Cristo. ¡Solo leyendo más y más la Biblia y orando tendrás una comunión verdadera con Dios! ¡Cuánto deseo cumplir el sueño de mi vida: poder cantar ante la presencia de Dios! ¿También lo deseas tú?
La meta es el cielo y Dios está esperando por ti. Cristo pagó un altísimo precio por verte allá. Esfuérzate, sé muy valiente, ¡y entrarás al trono con gran alegría y gozo en el corazón!
Floribel Rivas,Venezuela
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
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