DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Cuando tengo miedo, confío en ti. Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no tengo miedo. ¿Qué me puede hacer el hombre!». Salmo 56: 3-4
Después de su chequeo anual, mi madre recibió la noticia de que tenía múltiples tumores en la matriz. Preocupada por la situación, se sometió a diversos análisis y estudios para descubrir qué le sucedía. Los tumores eran tantos que el veredicto del doctor fue: «Hay que extirparte la matriz». Sin embargo, un par de días antes de que se realizara la operación, mi madre tuvo una hemorragia interna. Los médicos se dieron cuenta de que los tumores de la matriz no habían causado la hemorragia sino otro tumor maligno, aún más grande, que ponía en riesgo su vida si no lo extirpaban de inmediato. Por lo tanto, la ingresaron al hospital para intervenirla de emergencia ese mismo día.
Cuando mi padre nos dio la noticia a mi hermano y a mí sentí gran temor, porque algo que parecía sencillo se había convertido en un asunto de vida o muerte. Inmediatamente encomendé a mi madre en las manos de Dios por medio de la oración.
Cuando empezó la intervención quirúrgica todos nos unimos en oración. Pasaron varias horas y mi madre continuaba en el quirófano así que empezamos a preocuparnos, pero continuamos orando pidiéndole a Dios que no apartara a mi madre de nuestro lado. Oré toda la tarde hasta que finalmente el cirujano salió a la sala de espera para dar noticias sobre ella. Nos informó que durante la operación habían surgido algunas complicaciones pero que a pesar de eso mi madre estaba fuera de peligro. Al escuchar las nuevas me sentí muy feliz y agradecido con Dios porque él había escuchado mis oraciones y mantuvo a mi mamá con vida durante una intervención tan delicada.
Puedo decir que aunque sentí miedo, el haber depositado mi confianza en Dios y haberle elevado incesantes oraciones me dio paz en un momento de angustia. Esta experiencia me mostró cuán cerca está el Señor de nosotros. No necesitamos ser perfectos para que él nos escuche y nos ayude cuando más lo necesitamos.
Encomiéndate hoy al Señor, pon en él todas tus preocupaciones y verás cómo él puede darte paz plena a pesar de los problemas.