DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho, y enséñaselas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como en el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes. Lleva estos mandamientos atados en tu mano y en tu frente como señales, y escríbelos también en los postes y en las puertas de tu casa». Deuteronomio 6: 6-9
Hace poco, mi hermana empezó a confeccionar modelos exclusivos de ropa, continuando el legado que había dejado nuestra madre, que era costurera. A medida que he ido creciendo me he dado cuenta de que mi madre nos dejó, a mis hermanas y a mí, una herencia mucho más valiosa que el mero conocimiento de cómo confeccionar prendas. Ella nos mostró con su ejemplo lo que era vivir una vida de fe.
En muchas ocasiones, mis hermanas y yo tuvimos que conformamos con muy poquito, para que otra persona, que no tenía nada, pudiera tener algo. Otras veces nos enseñó a «renunciar a nuestros derechos» para alcanzar la paz y, aquellos que la conocieron, pueden afirmar que era una Dorcas moderna. Antes de que conociéramos las palabras de la Biblia, aprendimos de sus acciones lo que conlleva servir a Cristo.
En el libro de Deuteronomio, el Señor nos dice que debemos inculcar su ley en nuestros niños al levantarnos, al acostamos, mientras caminamos y cuando trabajamos. Cuando está grabada en el corazón, la ley no resulta en simples palabras dichas, sino que se hace evidente en cada aspecto de nuestras vidas. Cuando pienso en mi educación, atesoro lecciones que aprendí hace décadas. Las deficiencias de mi carácter salen a la luz y oro para que el Señor realice en mí la transformación necesaria, de manera que sus mandamientos se arraiguen en mi corazón y dirijan mis pensamientos, mis palabras y mis acciones.
«Grábate en la mente todas las cosas que hoy te he dicho, y enséñaselas continuamente a tus hijos» (Deuteronomio 6: 6, 7). Que el Señor Todopoderoso lleve a cabo la cirugía necesaria para transformar nuestros corazones de piedra en corazones de carne, de manera que podamos dejar un legado duradero al vivir la ley y al desarrollar un cristianismo práctico.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo». Jeremías 29: 11
Como muchos otros jóvenes cristianos, una de las preguntas más importantes que me he hecho es: «¿Qué planes tiene Dios para mi vida?». Me he dado cuenta de que nos planteamos esta pregunta muy a menudo y, sin embargo, no estamos preparados para escuchar la respuesta. Por ello, planeamos y esbozamos una vida «ideal», aquella que nos gustaría a nosotros vivir, olvidándonos de consultar nuestros planes con Dios y de seguir sus consejos.
Crecí en un hogar cristiano. Mis padres eran miembros de una congregación adventista en la Ciudad de Belice y allí adorábamos al Señor toda la familia. Era mi pedacito de cielo, mientras esperaba el cielo. Sin embargo, mis padres se divorciaron y entonces sentí que mi mundo se derrumbaba. No entendía lo que estaba pasando ni por qué Dios había permitido que las cosas llegaran hasta ese punto. Para mí, la iglesia dejó de ser lo que era, y empecé a asistir más por rutina que por la alegría de adorar.
Continué asistiendo a la iglesia hasta la edad adulta, pero no tenía una relación estrecha con el Señor y no comprendía que los pensamientos y los planes de Dios para sus hijos son mejores que los mejores planes que nosotros podamos concebir.
Mi padre me regaló un libro titulado La gracia de Dios, de Andy Stanley y, leyéndolo, recuerdo que me fascinó saber que la gracia de Dios siempre ha estado ahí para su pueblo, a pesar de que nos da instrucciones claras y a veces no logramos seguir sus pasos. El Señor provee los medios para traemos de nuevo hasta él y nos da segundas y, muchas veces, hasta terceras oportunidades para aceptar sus caminos y sus planes para nuestras vidas.
Poco a poco empecé a ver las cosas desde un prisma diferente, porque entonces entendí que los caminos del Todopoderoso son mayores y mejores que los nuestros y que sus planes para nuestro futuro nos conducirán a un final feliz.
Aunque nuestros ojos humanos no pueden ver más allá del aquí y el ahora, te animo a confiar en el Señor y a vivir con la certeza de que ¡el Dios de lo imposible existe!
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa». Isaías 41: 10
PUEDO SENTIR LA BRISA FRESCA mientras mi mente viaja hasta mi niñez. Finalicé la educación secundaria en ocho años, en lugar de los cinco, que es lo habitual. ¿Cómo pudo ser? Te contaré.
Cursé mis primeros años de secundaria en un instituto y salí de allí sin haber aprobado una sola asignatura y sin haber recibido ningún reconocimiento. Malgasté varios años porque tomé malas decisiones y no escogí bien mis amistades. Todo indicaba que sería otro número en las estadísticas, otro adolescente delincuente, con todas las probabilidades de convertirme en criminal. Mis padres estaban muy decepcionados y habían perdido toda la confianza en mí. No tenían ninguna esperanza; mi futuro les parecía un continuo fracaso.
Fue entonces cuando me ofrecieron una beca para jugar al fútbol en otro instituto. Pensaron que iba a ser una pérdida de tiempo, pues este había sido el principal motivo de mi fracaso la primera vez. Mi tío nos animó a aceptar la beca. ¡Doy gracias a Dios porque mi madre no cesó nunca de orar! Ella creía que aceptar la beca me brindaría otra oportunidad para convertirme en una persona de provecho.
Al principio estaba muy asustado. Ingresé en esta segunda escuela ya en octavo grado, pero esta vez logré finalizar los estudios. Había abandonado la iglesia y había dado la espalda a Dios durante los años en los cuales eché todo por tierra, pero después de tres semanas viviendo la experiencia del nuevo colegio me reencontré con Dios y mi vida cambió. Las palabras de Isaías 41: 10 se convirtieron en la base de mi meditación durante esta segunda etapa y cada día las leía durante mi momento de oración personal. Comencé a predicar en la escuela y me empezaron a conocer como «el predicador».
En noveno y décimo grado recibí el premio al estudiante del año y fui el delegado de la escuela en mi último año escolar. Para mí, el mayor logro fue que Dios me dio la oportunidad de llevar a muchos de mis amigos a los pies de Jesús.
Tú también puedes reclamar las promesas de Dios en tu vida: «No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios» (Isaías 41: 10).
Dios me sostuvo y sé que también puede sostenerte a ti.