DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará; pues Dios da a todos sin limitación y sin hacer reproche alguno». Santiago 1: 5
ERA REALMENTE fantástico! ¡No me lo podía creer! Faltaban cuatro estudiantes estadounidenses para completar el cupo de veinticinco, y nos hicieron la oferta a algunos líderes del Caribe, de manera que, a última hora, me aceptaron en el programa de doctorado de la Universidad Andrews.
Yo sabía que iba ser un programa muy exigente, pero estaba decidido a cursarlo. Durante el segundo verano, fui a la Universidad después de asistir a una reunión en la Asociación General; sin embargo, surgieron problemas porque utilicé mi visado de turista en lugar del visado de estudiante. Me dijeron que, según las leyes estadounidenses, no podía matricularme en las clases.
Toda la clase oró por mí, y decidimos que haría los trabajos de clase y me matricularía al año siguiente como estudiante libre. Me reembolsaron las tasas y pude comprar una computadora, indispensable para realizar las clases, aunque no sabía usarla mucho. Entonces, decidí pedirle a Dios que me diera sabiduría para utilizarla correctamente.
Le pregunté a uno de mis compañeros de clase cómo era capaz de escribir sin mirar el teclado, y me dijo que tenía que aprenderme las teclas de memoria. Al día siguiente las aprendí. Le pregunté cómo sabía dónde poner los dedos, y me habló de las teclas de inicio y de la manera de mover los dedos adecuadamente.
Durante los descansos, practicaba constantemente en sus computadoras. Finalmente recibí la mía y continué practicando regularmente. Con un poco de ayuda, pude aprender a dar formato al texto y otras funciones importantes. Fui capaz de hacer solo todas las tareas.
La mayor prueba fue poder redactar mi tesis doctoral. Después de muchos meses de práctica y aprendizaje continuo, pude completar mi tesis y defenderla con éxito. Dios no siempre llama a los capacitados, pero siempre capacita a los que llama. ¿Te falta sabiduría? ¡Pídesela a Dios!