DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Dios mío, tú cumplirás en mí todo lo que has pensado hacer. Tu amor por mí no cambia, pues tú mismo me hiciste. ¡No me abandones!». Salmo 138: 8, TLA
ESTOY CONVENCIDO DE QUE cuando Dios nos creó colocó en nosotros un deseo de superación. A pesar de haber crecido en una comunidad dominada por el crimen y la pobreza, mis padres siempre me inculcaron la importancia
de la consagración a Dios. Había días en los que caminaba varias millas para ir a la escuela y me pasaba todo el día sin almuerzo.
En esta situación, hubiese sido fácil rechazar los valores cristianos, dejarse arrastrar al crimen y la violencia, y vivir sin esperanza. Pero mis valores me llevaron a creer que Dios puso en nuestra naturaleza el deseo de crecer, de alcanzar logros, mejorar y desarrollarse.
Ellen G. White, en su libro La educación, escribió, «El ideal que Dios tiene para sus hijos está por encima del alcance del más elevado pensamiento humano. La meta a alcanzar es la piedad, la semejanza a Dios» (cap. 1, p. 17). Cuando tenemos en cuenta a los patriarcas resulta innegable que Dios también puso en ellos el anhelo de superación y progreso, de alcanzar la excelencia. Solo basta con fijamos en que alguien que no tenía facilidad de palabra, como Moisés, llegó a sacar a Israel de la esclavitud; un jovencito soñador, como José, se convirtió en virrey de Egipto; o incluso al joven David llegó a ser rey de Israel.
Aunque tu sientes ese deseo de ser y hacer algo más, pero no sabes qué ni cómo alcanzarlo. Bueno, este es el momento en el que hay que buscar dirección y guía de parte de Dios. Hay muchos que nunca alcanzan el propósito de Dios porque nunca buscan su dirección y consejo. Dios no nos creó para el fracaso, él desea que todos alcancemos la excelencia.
Cuando comprendas y aceptes el propósito que Dios tiene para tu vida, tu actitud cambiará. Las vidas de los verdaderamente grandes hombres y mujeres, no siempre fueron fáciles ni cómodas, en algún momento abrieron sus ojos, y con admirable audacia y determinación, caminaron hacia el objetivo de Cristo Jesús.
Tú también puedes avanzar hoy hacía el plan que el Creador tiene para ti.