DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Que el Señor tenga compasión y nos bendiga, que nos mire con buenos ojos». Salmos 67: 1
SOY MADRE DE DOS NIÑOS encantadores, por los que doy gracias a Dios cada día. Si no fuera por ellos, no creo que yo estuviera hoy aquí. Era muy joven cuando quedé embarazada de mi primer hijo y no estaba casada. Abrumada por la vergüenza, pensé que nunca más sería digna de Dios ni de su misericordia. Muchas veces quise darme por vencida en esta vida, pero mi Dios tenía otro plan para mí. Colocó a gente de la iglesia en mi vida para que me diesen ánimos. Me recordaron el amor incondicional y eterno de Dios, así como su preocupación por cada detalle de mi vida. Eso me hizo ver las cosas de un modo diferente, logró que en mi corazón prendiera de nuevo la llama del amor hacia Dios, y esa llama arde cada día más y más.
Una de las personas que más apoyo me brindó fue el anciano de mi iglesia con su comprensión y palabras de ánimo. Creo que solo Dios pudo haberle dado un corazón compasivo, además del amor y la misericordia, y le agradezco que haya permitido a Dios trabajar a través de él para cambiar mi vida.
Por aquel entonces, muchas chicas de mi misma edad estaban en la misma desafortunada situación que yo; muchas de ellas nunca regresaron a la iglesia. Estoy muy agradecida por el apoyo que recibí de la iglesia. Una experiencia tan cálida y comprensiva puede marcar la diferencia. Siempre es bueno tener a alguien en la iglesia con quien poder relacionarte y comentar cualquier situación o problema que tengas.
Mi hijo es ahora un joven, y doy gracias a Dios por él cada día. El es muy activo en la iglesia, y está bastante centrado en Dios y en el ministerio, así que quiero dar gracias a mi familia de la iglesia por haberse hecho cargo de mis necesidades y haberme ayudado a construir mi vida espiritual.
Gracias, Señor, por mostrarme tu amor y misericordia a pesar de mis errores. Es probable que tú que lees este mensaje hayas fallado en algún momento de tu vida, hoy te cuento mi experiencia porque quiero que sepas que no importa el error que hayas cometido.
Dios es misericordioso y puede darte una nueva vida, lo hizo conmigo y lo puede hacer contigo.