DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Por eso les digo que todo lo que ustedes pidan en oración, crean que ya lo han conseguido, y lo recibirán». Marcos 11: 24
Habiendo terminado mis estudios universitarios me mudé a otro lugar para enseñar. Fue mi primera experiencia viviendo fuera de casa y de inmediato sentí el peso de los gastos que tuve que afrontar con mi escaso salario inicial. Las cosas se volvieron tan difíciles que mi sueño de ahorrar dinero para regresar de nuevo a mis estudios empezó a parecerme imposible.
Mi madre me aconsejó que orara. Desafortunadamente, mi vida de oración no era de lo más ferviente que digamos; pero pedí ayuda a Dios. Me enteré de una beca para profesores que hubieran enseñado durante al menos dos años. No estaba segura de si debía solicitarla, ya que apenas estaba en mi primer año de enseñanza. Supuse que no iba a cumplir los requisitos. El consejo de mi madre era que, «si Dios quiere eso para ti, será para ti».
Al día siguiente envié mi solicitud y presenté mi renuncia en el trabajo. La matriculación en el programa que acababa de solicitar implicaba mudarme de ciudad. Mis compañeros me preguntaron si me había vuelto loca. Pero continué orando.
«En el gran plan de su providencia —dice Ellen G. White— él suplirá lo que se necesite cada día. Esta lección de Cristo constituye un reproche para los pensamientos ansiosos, las perplejidades y las dudas del corazón infiel […]. Cumplan con su deber, y confíen en Dios; porque él sabe de qué cosas tenéis necesidad» (Consejos sobre mayordomíacristiana, cap. 44, p. 225).
Poco después de volver a casa, mi tío se comprometió a financiar mi primer año de universidad. Di gracias a Dios por su bondad, sin darme cuenta de que él tenía reservados para mí planes aún mayores. Durante la primera semana de clases, el comité de becas me hizo saber que me habían concedido la beca. Iba a recibir la cantidad equivalente a la matrícula completa durante todos mis estudios, además de los fondos de mi tío.
¡El Señor me bendijo doblemente!
Hoy quisiera invitarte a enfrentar la vida con la seguridad de que ese mismo Dios puede bendecirte más allá de lo que imaginas o tienes la capacidad de pedir.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús». Filipenses 4: 6-7
Mientras estudiaba en Barbados en 2014, siguiendo el consejo de una amiga, empecé a escribir mis oraciones. Ella había estado escribiendo sus oraciones y me animó a que hiciera lo mismo. El objetivo era escribir mis oraciones dos veces al día, mañana y tarde, y ver cómo Dios actuaba. Los estudiantes se enfrentan a muchos problemas a veces, por lo que tener una vida de oración activa es siempre importante para la supervivencia.
Cada día escribía mis oraciones, comenzando por darle gracias a Dios por su bondad, y luego escribiría acerca de problemas particulares que me preocupaban ese día: mi vida espiritual, amigos, un examen inminente, las finanzas, la familia y otras situaciones similares.
Al principio simplemente estaba siguiendo el consejo de mi amiga y no sabía qué esperar. Con el tiempo, sin embargo, me encontré leyendo las oraciones anteriores y comparándolas con las oraciones que había escrito recientemente, vi cómo Dios había respondido a las oraciones del pasado. Me emocioné mucho porque no era simplemente Dios respondiéndome a mis oraciones, sino que tenía los hechos fehacientes justo ahí frente a mí.
Recuerdo haber escrito acerca del miedo que tenía de tomar ciertas decisiones en particular, y quería la dirección de Dios y que él las condujera, o cuando había fallado y necesitaba perdón. Observé que cada oración se desarrollaba en el propio camino y tiempo de Dios. Por supuesto, hubo momentos en los que tuve que esperar, o cuando no obtuve la respuesta que yo esperaba, pero aun así tenía la certeza de que Dios estaba obrando en todo para mi bien.
Esta experiencia ha hecho aumentar mi fe en Dios. Así que, a veces, cuando me siento tentada a preocuparme, al acordarme de las oraciones que escribí, me recuerdo a mí misma cómo Dios ha intervenido en mi vida muchas veces en el pasado. También he aprendido a tener paciencia y la importancia de esperar en Dios. Después de todo, el Señor sabe lo que es mejor para mí.