Un genio de la música
“Y Quenanías, principal de los levitas en la música, fue puesto para dirigir el canto, porque era entendido en ello”(1 Crónicas 15:22).
Siempre me llamó la atención este pequeño personaje bíblico. Nunca entendí por qué en la iglesia no hay un coro que lleve su nombre (tal vez en algún lugar exista, pero lo desconozco). Estoy hablando de alguien que aparece solamente dos veces en toda la Biblia: una en el versículo de hoy y otra en 1 Crónicas 15:27 (también se menciona a alguien con ese nombre en 1 Crónicas 26:29, pero era un funcionario judicial). Parece muy poco, ¿verdad? Pero la descripción que se da de él es inversamente proporcional al número de apariciones. Lo que se dice de él debería poder decirse de todos los que estudian, trabajan y tienen parte en la función musical de la iglesia.
Estoy hablando de Quenanías. Hoy, este nombre no te dirá nada pero, en la época de David, sin dudas era muy conocido, ya que era el principal entre los levitas en materia de música; era experto en el tema y era maestro de canto entre los cantores (1 Crón. 15:27).
Si hubo otra persona entendida en música, fue Mozart, pianista y compositor clasicista de renombre internacional. Y, justamente, un día como hoy, pero de 1791, muere en la ciudad de Viena, Austria. Mozart había nacido en Salzburgo, Austria, y desde niño asombró a todos con su talento único. Mozart tenía una capacidad prodigiosa en el dominio de instrumentos de teclado y del violín.
A los cinco años ya componía obras musicales, y sus interpretaciones eran del aprecio de la aristocracia y la realeza europeas. A los diecisiete años, fue contratado como músico en la corte de Salzburgo.
Su prolíñca obra contiene más de seiscientas creaciones, que incluyen sinfonías, conciertos, obras para piano, óperas, y obras corales y de cámara.
La música es un don de Dios y, como tal, debe ser usada responsablemente, para alabar su nombre y para comunicar un mensaje de esperanza a aquellos que escuchan.
Hoy puede ser un día histórico si, como Quenanías, te dedicas a estudiar y a entender la importancia del canto y de la música en el crecimiento espiritual propio y en la misión de salvar almas del pecado.
“[La música] es uno de los medios más eficaces para grabar en el corazón la verdad espiritual. […] [A través de ella] las tentaciones pierden su poder, la vida adquiere nuevo significado y nuevo propósito, y se imparte valor y alegría a otras almas” (Elena de White, La educación, p. 168). PA
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Pablo Ale – Marcos Blanco
Lecturas devocionales para Jóvenes 2017