La gran campana
“Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantamos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creimos” (Romanos 13:11).
No recuerdo cuántas fotos saqué allí. Me inundaba la dicha. Sí sé que fueron cuantiosas, y desde varios ángulos. Todo ese espacio que comprende el Palacio y la Abadía de Westminster, el London Eye y el río Támesis parece extraído de un cuento de hadas. Y en medio de los lugares antes mencionados, está él: icono, símbolo y baluarte londinense, que se eleva con sus casi cien metros de ladrillo, con revestimiento de piedra caliza color arena. Se lo conoce popularmente como el “Big Ben”, pero su nombre oficial es Torre del Reloj del Palacio de Westminster. Desde el 26 de junio de 2012, en honor al jubileo de diamante de la reina Isabel II, se lo llama Elizabeth Tower.
Esta torre alberga el reloj de cuatro caras más grande del mundo: “Big Ben” es el nombre de la gran campana del reloj, de trece toneladas. La torre se completó en 1858, y el reloj entró en funcionamiento el 7 de septiembre de 1859.
El reloj es hermoso, y muy famoso por su gran fiabilidad y precisión. No obstante, por diversas circunstancias, a veces no funcionó.
En 1916, durante la Primera Guerra Mundial, las campanas fueron silenciadas para evitar ataques de los zepelines alemanes. El 31 de diciembre de 1962, el reloj se atrasó, debido a la gran cantidad de nieve acumulada entre las agujas, por lo que el Año Nuevo “inició” diez minutos más tarde. El 5 de agosto de 1976, el reloj sufrió su primera y, por ahora, única avería, debido al desgaste del metal. Fue reactivado el 9 de mayo de 1977.
Como cristianos, debemos ser igual que un gran reloj, que le avise al mundo la hora profética que estamos viviendo. Debemos ser exactos, precisos y certeros. Es cierto que, a veces, estamos bajo ataque, que las circunstancias externas nos desalentarán o que, por equis motivos, podemos estar retrasados en nuestra misión. No importa. Debemos seguir adelante y en funcionamiento.
Hoy puede ser un día histórico. Jesús puede reparar tu vida si está rota y hacer de ti un valioso instrumento para su causa.
“El fin se acerca; avanza sigilosa, insensible y silenciosamente, como el ladrón en la noche. Concédanos el Señor la gracia de no dormir por más tiempo, como otros lo hacen, sino que seamos sobrios y velemos. La verdad está a punto de triunfar gloriosamente y todos los que decidan ahora ser colaboradores con Dios triunfarán con ella” (Elena de White, Maranata: el Señor viene, p. 25). PA
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Pablo Ale – Marcos Blanco
Lecturas devocionales para Jóvenes 2017