“Estamos bien, en el refugio, los 33”
“La justicia de los rectos los librará; mas los pecadores serán atrapados en su pecado” (Proverbios 11:6).
Recuerdo la emoción de ese día. Casi en vivo, seguíamos desde la Argentina lo que ocurrió con los 33 mineros atrapados en Copiapó, Rep. de Chile. La situación era crítica. El derrumbe de la mina San José se produjo el jueves 5 de agosto alrededor de las dos de la tarde, y dejó a los trabajadores atrapados a unos 720 metros de profundidad.
El 22 de agosto de 2010 fue un día histórico. Tras 17 días de búsqueda infructuosa, una sonda perforadora consiguió romper fondo a 623 metros de profundidad y llegó a una rampa que estaba a 20 metros de los mineros. Al retirar la sonda, esta salió con marcas de pintura roja, como muestra de que había mineros con vida. A las 15:17, el entonces presidente Sebastián Piñera mostró una nota enviada desde el interior del refugio de la mina. Estaba escrita en una hoja de papel con lápiz color rojo. La nota confirmaba que los mineros se encontraban con vida. Decía: “Estamos bien, en el refugio, los 33”.
Desde entonces, reinó la esperanza. Es más, al campamento establecido en la superficie se lo denominó “Campamento esperanza”. Allí, la Iglesia Adventista se hizo presente, y tuvo un papel primordial y clave en la asistencia a los familiares de los mineros.
El 13 de octubre de 2010, los 33 mineros fueron rescataron por medio de una cápsula llamada “Fénix”. En total, estuvieron 69 días atrapados. Hasta la fecha, es el mayor y más exitoso rescate de la historia de la minería a nivel mundial.
Atrapados en este mundo de pecado y sin esperanza de salvación, Dios diseñó -desde antes de la fundación del mundo- un Plan Maestro de Redención. La muerte de Jesús en la cruz y su posterior resurrección aseguraron nuestra victoria. Así, se concretó el mayor y más exitoso rescate en la historia del universo.
Hoy puede ser un día histórico. No importa cuán hundido estés en tu vida, ni cuán profundo pienses que haz caído. Jesús puede y tiene el poder de liberarte.
“No podemos vivir sin la gracia de Cristo. Necesitamos la ayuda de arriba para resistir a las múltiples tentaciones de Satanás y escapar de sus artificios. En medio de la oscuridad prevaleciente debemos tener la luz de Dios para revelar las trampas y los lazos del error: de lo contrario seremos atrapados” (Elena de White, Nuestra elevada vocación, p. 131). PA
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Pablo Ale – Marcos Blanco
Lecturas devocionales para Jóvenes 2017