Cuando vemos pero no vemos
“Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad” (2 Reyes 6:14).
Un año es mucho tiempo. Y un sitio a una ciudad que dure un año pareciera serlo más todavía. Desde el 15 de agosto de 717 hasta el 15 de agosto de 718, la ciudad de Constantinopla (el ansiado objetivo de los árabes) estuvo sitiada. Durante ese tiempo, el emperador bizantino León III ofreció una dura resistencia y derrotó en varias oportunidades a las fuerzas del Califato Omeya, que lo atacaban por tierra y por mar. Esta resistencia constituyó uno de los acontecimientos cumbres de la historia, porque salvó a Europa.
En la Biblia también se habla de un sitio. El relato del profeta Eliseo y los sirios (2 Rey. 6:8-23) contiene importantes lecciones para nosotros. El conflicto bélico entre Siria e Israel era desigual, ya que cada vez que los primeros planificaban sus estrategias de guerra, Eliseo las descubría porque Dios se las revelaba. Sin perder más tiempo, el rey de Siria mandó apresar a Eliseo.
Los poderosos ejércitos sirios rodearon la ciudad en la que residía el profeta. Esto provocó el natural temor del siervo de Eliseo, quien dijo: “Ah, señor mío, ¡Qué haremos!” (2 Rey. 6:15). Eliseo respondió: “No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos. Y oró y dijo: Te ruego, oh Jehová que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo” (vers.16,17).
Nuestra mayor urgencia es abrir los ojos para ver, comprender, la necesidad de Dios en nuestras vidas; su poder transformador; su cuidado amoroso y el cumplimiento maravilloso de sus profecías. Cuando oramos para que Dios abra nuestros ojos, comenzamos a captar el valor real de lo que sucede y ordenamos de manera adecuada nuestras prioridades.
Hoy puede ser un día histórico. Resiste el ataque de Satanás, y ora a Dios para que veas, por la fe, que más son los que están de tu lado que del lado enemigo.
“Se ha hecho abundante provisión para que el hombre finito y caído pueda relacionarse de tal manera con Dios que, gracias a la misma Fuente por la cual Cristo venció en su naturaleza humana, el hombre pueda resistir firmemente toda tentación como lo hizo Cristo” (Elena de White, Mensajes selectos, t. 3, p. 152). PA
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Pablo Ale – Marcos Blanco
Lecturas devocionales para Jóvenes 2017