Author Archives: Nelson Rodriguez
CUANDO TENÍA VEINTIDÓS AÑOS estaba comprometido con una joven de la iglesia, con la que deseaba formar un hogar cristiano y estable. Una semana, el trabajo en la fábrica en que laboraba se incrementó sobremanera, así que el miércoles nos avisaron que debíamos ir a trabajar el próximo sábado. Hablé con el superior y me ofrecí a trabajar el domingo en lugar del sábado, a lo que me contestó: «No es posible, todos tienen que venir y usted no puede ser el único que no venga a trabajar el sábado». Insistí en que no podría hacerlo. Acto seguido me dijo: «Entonces presente su carta de renuncia, y si desea, puede marcharse de inmediato».
Yonis Zabaleta,
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
Encuentro virtual
«Cuando ustedes me busquen, me encontrarán, siempre y cuando me busquen de todo corazón». Jeremías 29: 13, TLA
¿QUÉ USO LE DAS A LA INTERNET? En uno de esos días en los que no te quieres levantar de la cama encontré una aplicación para conocer personas. Después de llevar varios días en un estado de profunda tristeza parecía interesante hablar con otras personas. Estaba atravesando una depresión tras haber tenido un accidente en motocicleta y había pedido a Dios que «equilibrara» mi vida.
Usando la aplicación que te comenté conocí a varias personas, pero una de ellas llamó mi atención particularmente. Su nombre era Joel, un joven de la República Dominicana. Más adelante me enteré de que era cristiano. Parecía un alivio encontrar a una persona que tuviera diversos temas de discusión, esto fue determinante para iniciar conversaciones sobre Dios. En una de nuestras llamadas, él manifestó que era adventista del séptimo día. «Interesante», pensé. Poco tiempo después, Joel me preguntó si quería estudiar la Biblia. Me pareció una buena idea.
Poco tiempo después de haber iniciado nuestro estudio parecía una pequeña niña haciendo preguntas sobre lo que me enviaba mi nuevo amigo acerca de Dios: videos, artículos, libros y más. En ese lapso no conseguí trabajo, por lo que tuve tiempo suficiente para leer. Existía un libro de la biblia que llamaba mucho mi interés: Apocalipsis. Lo que más me atraía era que no lo entendía. Mi amigo utilizó ese interés para compartir mensajes que transformarían mi vida.
Cuatro meses después asistí por primera vez a un culto adventista en sábado. En los momentos previos al culto, el pastor habló sobre la experiencia de una joven que se había bautizado el fin de semana anterior en un campamento. Cuando él menciono la palabra «bautismo» inmediatamente pensé: «¡Yo también quiero hacerlo!». Tres meses después de tomar la decisión fui bautizada en la Iglesia Adventista. Ahora medito sobre la forma en que Dios tocó mi corazón y la herramienta tan creativa que usó para traerme a su iglesia.
De la misma manera como Joel compartió conmigo el mensaje adventista por medio de la Internet, hoy tú puedes compartir el mensaje de salvación con alguien que lo necesite.
Sé hoy una luz para otros jóvenes, solo en el cielo podremos conocer los resultados de nuestro testimonio.
Karen Barguen, Colombia.
Bautismo por «coincidencia»
«Más tarde, al pasar por un sitio donde había agua, el funcionario dijo: “Aquí hay agua; ¿hay algún inconveniente para que yo sea bautizado?”». Hechos 8: 36
PASTOR, ¿PUEDE BAUTIZAR a uno de mis feligreses?», me preguntó un pastor evangélico mientras me preparaba para bautizar a uno de los internos en la cárcel de mi ciudad. «Usted ya tiene puesta la toga bautismal y aquí hay agua, ¿que impide que él sea bautizado?». «Bueno, que no va a pertenecer a la Iglesia Adventista», pensé, aunque no supe qué decir en aquel momento.
No es común que te pidan que bautices a una persona que va a pertenecer a otra iglesia, y menos que lo haga el mismo pastor de esa denominación. «¿Creen ustedes en la Trinidad?», se me ocurrió preguntarle al pastor, esperando que su respuesta fuera negativa para decirle que no podía bautizarlo. «¡Claro!», me contestó. Ahora sí que estaba en aprietos. Elevé mi mente al cielo y exclamé como Pablo camino a Damasco: «Señor, ¿qué quieres que haga?» y Dios me respondió. «Te he llamado al ministerio para que rescates a los perdidos, bautízalo».
Juan entró a la pila bautismal. Los ojos de los hermanos estaban atentos para ver qué haría. Llegó la hora del voto y lo tomé tal y como está escrito, incluyendo el punto de los Diez Mandamientos y el sábado. Recordemos que me encontraba ante un feligrés de una iglesia que guarda el domingo, en presencia de su pastor y miembros de su futura iglesia. Juan aceptó cada uno de los puntos y finalmente fue sumergido en las aguas del bautismo, recibiendo fuertes aplausos al salir del agua.
A la semana siguiente a su bautismo, Juan salió a saludarme efusivamente y a hacerme preguntas sobre la Biblia. Se creó un vínculo pastor-feligrés, aunque técnicamente yo no era su pastor. Para mi sorpresa, Juan empezó a asistir a las clases de estudios bíblicos que dábamos en aquel pabellón. Precisamente en esos días hablamos del sábado y la ley. Juan siguió asistiendo hasta que opté por preguntarle si creía en las doctrinas de la Iglesia Adventista y si deseaba ser miembro de ella. «Pastor, siempre me he sentido parte de su iglesia y creo que el sábado es el día de reposo bíblico». Cuando servimos a Dios vemos milagros.
Willington Millán,
Colombia.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
Este no es tu lugar
«Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros». Romanos 5: 8
Crecí con mi madre, ella me instruyó desde pequeña en la fe Adventista. Asistía cada sábado a la Iglesia Adventista de Pavas con mi madre y dos de mis hermanas. El 3 de julio de 2004 decidí bautizarme. Yo sabía lo que estaba haciendo y tomaba mi decisión muy en serio, pero aunque estaba decidida a bautizarme no habia tenido un encuentro real con Jesús. Me bauticé a los quince años y de inmediato empezaron mis luchas, de manera más concreta con las fiestas. Me encantaban las fiestas, empecé a ir a bailes y ya a mis dieciocho años, cuando se alcanza la mayoría de edad en mi país, tomé la triste decisión de apartarme de la iglesia.
Al principio mi nueva vida parecía divertida, trabajaba en un banco y ganaba muy bien. Yo quería «libertad», hacía lo que quería e iba a donde quería. Asistía a bares, tomaba alcohol y me llegué a emborrachar en varias oportunidades. Anduve en esos caminos por unos tres años, hasta que un día sentí un gran vacío en mi interior. No puedo describir lo horrible que se siente estar rodeada de tantas personas «divirtiéndose» y a la vez, sentirme tan vacía y sola. Recuerdo que en esa ocasión me encontraba en un bar cuando escuché una voz en mi interior que me dijo: «¿Qué estás haciendo aquí? Este no es tu lugar». De inmediato llegaron a mi meríte los recuerdos de cuando asistía a la iglesia, recordé sermones y cantos, pero sacudí la cabeza e ignoré esa voz.
Aunque hice caso omiso a la voz de Dios en aquel bar, cada vez que visitaba un centro de diversión volvía a escuchar la voz que me decía que ese no era mi lugar. Poco tiempo después mis hermanas me invitaron a una programación de jóvenes y empecé a asistir regularmente a la iglesia. Mientras asistía a una vigilia tuve un encuentro personal con Jesús. El predicador habló acerca de los sufrimientos de Cristo y me di cuenta de lo mucho que Dios me ama. Ese día lloré mucho, pero decidí seguir a Jesús en respuesta a su amor.
Me bauticé poco tiempo después, ahora con veintiún años, y hoy vivo una vida feliz en Cristo Jesús. Él es mi mayor alegría y mi mayor bendición es saber que responde mis oraciones.
Miriam Lindo, Costa Rica
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Perdiendo el tiempo»
«Porque yo sé los planes que tengo para vosotros». Jeremías 29: 11, BA
A LOS DIECISIETE AÑOS empecé a estudiar Odontología. Mientras cursaba el segundo semestre de la carrera mi madre falleció y tuve que dejar la universidad para buscar empleo como vendedor y profesor de música. Un amigo me sugirió grabar una producción y con los ingresos finalizar mi carrera. Dejé mi trabajo y comencé un ministerio musical. Me dediqué tan decididamente a la música que sentí que ya no era necesario continuar estudiando.
Pasé siete años fuera de las aulas, «perdiendo el tiempo». Esa etapa me preparó espiritualmente para lo que vendría después. Dios puso en mi mente el deseo de terminar los estudios, así que regresé a la universidad. Un día, una asistente dental me dijo: «Sé que eres cristiano, y me gustaría saber si me puedes explicar algo. Tuve un sueño y una voz me dijo “debes leer el Salmo 37”. Lo he leído, pero no entiendo nada». ¡Días antes yo había estado estudiando ese salmo! Durante dos meses estudiamos la Biblia juntos.
Maestros, compañeros y el personal de oficina llegaron a conocer a Jesús a través de estudios bíblicos, literatura, conversaciones, y música. En la sala de espera de la clínica universitaria colocábamos revistas misioneras para compartir con los pacientes. Mi tesis de graduación fue un discurso en defensa del creacionismo, donde Dios me permitió obtener la máxima calificación.
Poco tiempo después logré servir como misionero en Bangladés. Mi andar con Dios ha sido maravilloso, he podido ver en mi vida que Dios conoce el fin desde el principio, y a pesar de nuestras imperfecciones su propósito se cumplirá en nuestras vidas.
Es probable que hoy no sepas el rumbo que debes tomar en la vida, quizás te parezca que estás «perdiendo el tiempo», pero quiero decirte que cuando tu vida le pertenece a Cristo nunca pierdes el tiempo. Aunque no conozcas el porqué ocurren ciertas cosas, podrás tener la seguridad de que Dios te tiene en el lugar correcto y muchas veces el tiempo te mostrará que él te ha preparado para lo que el futuro te depara.
Te invito a elevar una oración en este momento y pedirle al Señor que dirija tus pasos hoy y siempre.
Frank Artavia, Costa Rica
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
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Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
Mensaje de texto del cielo
«Pero el Señor me dijo: “Mi bondad es todo lo que necesitas, porque cuando eres débil, mi poder se hace más fuerte en ti”». 2 Corintios 12: 9, PDT
DIOS HA IMPACTADO MI VIDA en muchos momentos, pero quisiera compartir contigo el momento preciso en que decidí aceptarlo en mi vida y las circunstancias que me llevaron a ello. Yo vengo de una familia católica, sin embargo, nunca sentí que tenía una relación cercana con Dios. Veía a Dios como el castigador implacable que se había llevado a mi madre cuando tan solo tenía ocho años. Por eso, cuando cumplí 17 años y dejé mi casa para ir a la universidad, me enfoqué en estudiar, salir a bares, conocer muchachos y todo lo que mucho consideran «disfrutar la vida».
Durante mi etapa como estudiante universitaria mi relación con Dios era prácticamente nula. Aunque salía con varios chicos y visitaba todo tipo de centros de diversión, cada día me sentía más miserable y vacía, no me amaba, no me valoraba como persona, ni tenía idea del propósito de mi existencia.
Una mañana me levanté en mi casa, sola y con una sensación de vacío tan grande como nunca antes lo había sentido. Ese día caí de rodillas y no podía dejar de llorar, estaba destruida y le pedí a Dios con todas mis fuerzas que le diera sentido a mi vida porque no podía seguir en esa condición. Después de un rato de estar orando recibí un mensaje de texto con el versículo que compartí al iniciar esta reflexión. Ese día le creí a Dios y supe que él me había escuchado. Pocos días después, un amigo me invitó a la Iglesia Adventista y dos meses después decidí bautizarme. ¡Esa ha sido la mejor decisión de toda mi vida!
Eloy vivo con la seguridad de que Dios ha perdonado todos mis pecados y me ha obsequiado un nuevo comienzo. Mi imagen de Dios cambió totalmente, hoy sé que él es amor, han venido muchas pruebas pero las veo totalmente distintas porque sé que tengo al mejor aliado junto a mí.
Amigo, amiga, Dios tiene un plan para tu vida. Si sientes que has caído demasiado bajo te recuerdo que lo único que necesitas es la bondad de Dios. Tus debilidades solo acentúan el poder divino.
Adriana Aguilar Robles,
Costa Rica
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
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