DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Señor y Dios mío, muchas son las maravillas que tú has hecho y las consideraciones que nos tienes. ¡Nada es comparable a ti!». Salmo 40: 5
Miré mi reloj, marcaba las 3:50 pm y pensé: «¡Es demasiado tarde!». Algo me decía: «Debes regresar rápido», así que manejamos y me detuve en un lugar llamado Las Cruces. Sin decir nada a los pastores que me acompañaban me estacioné y dije: «Disfrutemos de la naturaleza». Inmediatamente me percaté de un auto rojo estacionado a cierta distancia y vi a una pareja que discutía acaloradamente. Al salir del auto sentimos el aire frío, caminamos un poco y contemplamos el bello paisaje: pinos, ovejas y colinas.
Nos dispusimos a continuar nuestro largo viaje pero en eso me di cuenta de que la mujer que había estado discutiendo en el carro rojo venía corriendo hacia nosotros. «¡Pastor Frey!», gritó desde lejos. Se notaba que había estado llorando. «A sus órdenes —le contesté—. ¿En qué le puedo servir?». «¿Pastor, puede acompañarme por unos instantes?». Así que atendí a su petición y fui con ella hacia el auto rojo. Allí se presentó: «Yo soy Sofía y él, Hermenegildo, mi esposo. Nos estamos separando, tenemos una pequeña hija, él no es creyente, no quiere nada con Dios. Esta semana nos han pasado cosas extraordinarias pero no acepta que Dios es. quien está obrando en favor nuestro.
»A pesar del frío vinimos aquí a platicar; él no quería venir pero aquí estamos. Sé que ustedes tienen prisa por llegar a su destino, pero no es coincidencia que estén aquí. He pedido a Dios que haga un milagro en él y cuando vi que era usted en el carro supe que Dios lo había enviado. Pastor, por favor, ore por nosotros».
Platicamos durante un buen rato, aunque nos parecieron que fueron pocos minutos. Al final el hombre dijo: «Lo he escuchado predicar en la radio, pero nunca me imaginé verlo, mucho menos en este lugar». Le dije: «Dios acomodó todo para este encuentro». Se tomaron de la mano, se abrazaron y oré con ellos. Al terminar la oración el hombre dijo; «Lucharé por salvar mi matrimonio, he decidido entregar mi vida a Cristo».
Sofía lloraba sin control, yo temblaba de frío, mis compañeros esperaban dentro del auto. Al regresar al vehículo me preguntaron: «¿Todo bien?». «¡Excelente, Dios acaba de hacer un milagro!», les respondí.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro». Salmo 91: 4, RV95
Muy de mañana salí de casa en mi motocicleta a cumplir un compromiso de trabajo, la noche anterior no había dormido bien. Por la tarde, al regresar, iba por una carretera poco transitada, el sueño se estaba apoderando de mí mientras viajaba a una velocidad aproximada de cien kilómetros por hora. Cerré los ojos por un segundo, sin darme cuenta que a pocos metros había una curva muy cerrada, invadí el carril contrario impactándome de frente con un taxi. En aquel momento sentí que todo estaba perdido y que mi vida había llegado a su final. Cerré mis ojos y encomendé mi vida en las manos de Dios.
La motocicleta quedó completamente destrozada, el taxi severamente dañado, la escena era trágica, los curiosos que presenciaron el accidente y los paramédicos que llegaron pronto, se sorprendieron al ver que salí completamente ileso, solo con unos pequeños rasguños, Dios tenía un plan para mi vida.
Después del accidente pasé tres años trabajando en una concesionaria de autos, cada día me iba mejor y fui ganando ascensos hasta llegar a ocupar el puesto de gerente de mercadotecnia. Todo iba de maravilla hasta que se me presentó un problema con la observancia del sábado. Yo no era miembro bautizado en la Iglesia Adventista, pero había recibido las enseñanzas bíblicas desde mi niñez. Decidí hablar con el gerente general pero me negaron la petición, entonces presenté mi renuncia voluntaria e irrevocable.
Al ver mi determinación, los dirigentes me ofrecieron un puesto mayor que implicaba mejores ganancias como gerente de ventas. Acepté la propuesta con la condición de que me dieran los sábados libres, pues ya había decidido entregar mi vida a Dios y bautizarme en la Iglesia Adventista. Ante mi propuesta la compañía decidió prescindir de mis servicios y liquidarme. Inmediatamente busqué la iglesia, hice todos los planes para entregar mi vida a Dios y bautizarme. Cumplí ese sueño el 8 de febrero de 2015.
Aunque actualmente no tengo un trabajo estable creo que el que salvó mi vida en el Calvario y me salvó en aquel trágico accidente, tiene un plan para mi vida.
Hoy quiero invitarte a confiar en Dios, a que habites al abrigo del Altísimo y mores bajo la sombra del Omnipotente.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Deleítate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará». Salmo 37: 4-5, RV60
La promesa del versículo de hoy se cumplió de forma poderosa en mi vida. Mientras realizaba mis estudios universitarios tomé la clase de Auditoría. En esta materia enfrenté un desafío que puso a prueba mi fidelidad a Dios. Debíamos entregar una práctica por grupos. El profesor explicó cómo la requería y fijó la fecha de entrega: sábado. Concluyó diciendo que si un integrante del grupo faltaba, todo el grupo quedaría reprobado.
Tomé la firme decisión de mantenerme fiel a Dios. Nunca asistí a clases en sábado, oré al Señor y ese mismo día hablé con el profesor y le pedí que me ayudara. Sin escuchar motivos dijo: «No regalo calificaciones». Pensé: «Dios está conmigo», así que le dije al maestro: «Solo quiero que me escuche». Le expliqué que era adventista y que los sábados eran exclusivamente para mi Dios. Por lo tanto, no asistiría a entregarle la práctica, pero le pedí me permitiera entregarla antes. El maestro me miró por un momento y dijo: «Agradece a Dios que estoy de buenas, entrégamelo el martes».
Con la alegría que produce saber que Dios había escuchado mi oración empecé a prepararme para mi desafío. Ese día era jueves. Ese sábado estuve en oración y ayuno, al igual que mis padres, pidiendo al Señor fortaleza en mi fe, y su ayuda para elaborar mi trabajo. Mis compañeros dijeron que estaba loco y que no terminaría pero en mi mente resonaban las palabras «Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?» (Romanos 8: 31, RV95).
Cuando el profesor dio los resultados mi nombre no figuró entre los aprobados, pero tampoco entre los reprobados. Ante mi consternación el profesor sacó una práctica y dijo: «No hay otra práctica como esta y todos tuvieron quince días para completarla, pero Pascacio solo tuvo cuatro días y entregó la mejor práctica. El es adventista y me pidió entregarla antes y le di una fecha que esperaba que no cumpliera, pero su Dios lo ayudó».
Ese día comprobé que Dios es fiel cuando nos deleitamos en él.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Mira, de la tribu de Judá he escogido a Bezaleel, hijo de Urí y nieto de Hur, y lo he llenado del espíritu de Dios, y de sabiduría, entendimiento, conocimientos y capacidad creativa». Éxodo 31: 2-3
SEGURAMENTE HAS OÍDO MÁS DE UNA VEZ que «cuando Dios llama, capacita». Esta frase encierra una gran verdad, no existe un ministerio que, puesto en las manos de Dios, no resulte en bendición. Ahora bien, ¿cómo capacita Dios a una persona para que le sirva en la labor a la que él ha llamado? De diferentes maneras. Permíteme contarte mi historia, de cómo Dios sacó provecho de un plan «fallido».
Un curso que siempre había querido tomar era el de Diseño gráfico, aquella formación que vincula la creatividad con lo comercial. Cuando se me presentó la oportunidad de tomar el curso me emocioné mucho, especialmente porque el maestro que lo impartiría era un experto en la materia. El plan era perfecto, solo era cuestión de inscribirse y listo.
Pero al momento de inscribirme me enteré de que el curso se impartiría en sábado. Era una decisión difícil donde estaba en juego la lealtad a Dios sobre los intereses personales. Pude ver cómo se esfumaba mi sueño de estudiar diseño gráfico. Pero igual como sucedió con Bezaleel yo sentía en mi interior que Dios me había llamado para servirle en eso que tanto deseaba y permíteme decirte que logró capacitarme en ese aspecto de la materia. ¿Cómo lo hizo? Por medio del «plan b»: empecé a estudiar diseño por mi cuenta y con la ayuda de algunos amigos.
Hoy quiero decirte, querido joven, que Dios ha recompensado mi fidelidad por guardar el sábado. Actualmente sirvo a Dios por medio del diseño gráfico en mi iglesia local y también a nivel de Asociación. Ante cualquier desafío que te enfrentes recuerda: No te detengas, sigue adelante, Dios quiere capacitarte para su obra por medio del Espíritu Santo. Él puede prepararte por medio de los canales tradicionales y cuando estos no funcionan él puede usar tus planes fallidos e incluso un «plan b» para lograr su propósito en ti.
Acepta hoy la misión que él te ha encomendado y prepárate para recibir la capacitación que él proveerá para ti.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para que todos los que creen alcancen la salvación, los judíos en primer lugar, pero también los que no lo son». Romanos 1: 16
CURSABA EL SEXTO SEMESTRE de la licenciatura de Biología. El profesor de Evolución nos asignó un trabajo en grupos. La tarea consistía en exponer el origen y destino del ser humano desde la perspectiva del hinduismo, budismo, judaismo, cristianismo y evolucionismo. Desde luego, el profesor era ateo y deseaba escuchar que se exaltase la teoría de Darwin. Hacer lo contrario ponía en peligro la clase y por ende la licenciatura.
De manera intencional, escogí las perspectivas judía y cristiana. Esos días, le pedí a Dios la oportunidad de presentar el evangelio en la clase. Sentí que Dios me decía: «Tu exposición debe ser una predicación» y así me preparé. Cuando llegó mi tumo, dije que trataría el tema de manera objetiva, expondría lo que el judaismo y cristianismo creen sin alterar nada, al fin y al cabo mis compañeros ya habían defendido la tesis evolucionista.
En mis notas para la presentación tenia versículos del Antiguo y Nuevo Testamento. Comencé hablando de un Dios que creó todo por amor. Señalé las desgracias que la humanidad sufre por el pecado. Presenté la ley de Dios y su lugar en la cosmovisión judeocristiana. Resalté el hecho de que los judíos esperaban a un Mesías que los salvaría y cómo el cristianismo presenta a Jesucristo como el cumplimiento de esa promesa. Concluí diciendo que aquellos que creen en Jesús, no serán destruidos sino que tendrán vida eterna.
Cuando terminé, se sentía un ambiente solemne y de reflexión, mis compañeros y el profesor sintieron el llamado de Dios a adorarlo y reconocerlo como Creador. Con una expresión confusa el maestro me dijo que yo había predicado, en vez de haber realizado una exposición. A esto le respondí de manera firme que solo había expuesto lo que estas religiones creen, a lo que él me contestó que mi ponencia fue excelente. Ese día muchos conocieron a Jesús en la clase de Evolucionismo.
Hoy te invito a que testifiques siempre de Jesús, a que no te avergüences del evangelio y comprobarás que es poder de Dios para salvación.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Mas Jehová está conmigo como un poderoso gigante». Jeremías 20: 11, RV95
CURSABA EL ÚLTIMO SEMESTRE de la universidad. Inicialmente soñaba con estudiar en alguna institución adventista, pero no contaba con los recursos para costear los gastos. Mi padre también pagaba los estudios universitarios de mi hermana mayor, así que tuve que asistir a la universidad pública. Durante los cuatro años que cursé la universidad pública enfrenté situaciones difíciles que pusieron mi fe a prueba.
Como requisito para presentar el examen profesional y titularme de la licenciatura en educación especial debía presentar un examen previo para evaluar mis conocimientos en el uso del lenguaje de señas mexicano para personas sordas. Para ello iban a venir intérpretes certificados de la ciudad de México y eso lo hacía más importante. Aun no sabía la fecha exacta del examen, por lo tanto me preparé arduamente; días antes nos notificaron que sería el sábado a las nueve de la mañana.
Cuando escuché el día y la hora dije: «No iré al examen». Mis compañeros y amigos trataron de convencerme, aunque ya sabían mis motivos. Oré al Señor y llegó a mi mente el versículo de hoy, Jeremías 20: 11: «Más Jehová está conmigo como un poderoso gigante». Me levanté de mis rodillas con la seguridad de que ese Gigante estaba conmigo.
Un día antes del examen fui a comprar el uniforme requerido, aún sin ninguna intención de asistir. Ese sábado me levanté y fui a la iglesia como siempre, mientras oraba para que Dios me ayudara con mi problema. Cuando terminó el culto sonó mi celular, era mi mejor amiga y pensé que era para insistirme que fuera a la escuela, así que no contesté. Cuando me llamó la segunda vez contesté y para mi sorpresa, me decía que mis compañeros habían abogado por mí y otros dos jóvenes de mi clase que permanecimos fieles. Así que el evaluador había decidido examinarnos ese mismo sábado a las seis de la tarde.
Al escuchar esas palabras lloré y alabé al Señor, comprendí la hermosa promesa que ningún gigante terrenal puede contra los hijos de Dios que permanecen fieles a él. Me gradué en el 2011 y actualmente cumplo mi sueño de estudiar, no la licenciatura, sino un posgrado en la Universidad Adventista de Linda Vista.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Jehová había dicho a Abram: “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición”». Génesis 12: 1-2, RV95
Fue el primer hogar que visité mientras participaba en el proyecto OYIM [Un Año en la Misión, por sus siglas en inglés]. Recuerdo que llegamos junto con unos hermanos de la iglesia y una pareja salió a recibimos amablemente. El caballero cojeaba de un pie. Cuando me contó su problema supe que estaba a punto de perder el dedo pulgar de uno de sus pies a causa de la gangrena. Me conmovió su caso; pero yo solo podía orar por él, así que cantamos, oré y nos retiramos.
Quince días después, luego de haber finalizado el culto divino, el caballero se acercó a mí y me dijo que quería hablar conmigo en privado. Nos retiramos un poco y me contó algo que me sorprendió totalmente. Inició agradeciendo a Dios y a mí por la visita, y me contó que ese mismo día que lo visitamos sintió el poder del Espíritu Santo en su vida. Aquella noche él oró a Dios pidiendo sanidad, pues el dolor en la pierna era insoportable. Cuando se encontraba de rodillas al pie de su cama, con sus ojos cerrados, durante la oración, vio una fuente de agua que bajaba del cielo lentamente y al caer sobre él calmaba su dolor. El caballero me dijo que después de ese día todo en su vida había sido distinto.
El testimonio de este señor me impactó, porque pude comprender que aunque no somos dignos de estar al servicio de Dios, él nos usa para ser una bendición para los demás, tal como le prometió a Abraham.
Hoy, al salir a tus actividades cotidianas tú también puedes ser un canal de bendición para quienes te rodean, puedes compartir la mayor de las bendiciones: el mensaje del evangelio. Hoy Dios puede usarte para obrar un milagro en la vida de alguien que lo necesite. Y ese milagro puede perfectamente ser una curación milagrosa, o una conversión, curación igualmente milagrosa como todas las verdaderas conversiones.
Pídele al Señor que dirija cada paso que vayas a dar en este día, y, aunque no veas los resultados inmediatamente, puedes tener la seguridad de que Dios te habrá usado como canal de bendición para los demás.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece». Filipenses 4: 13, RV95
CUANDO ERA PEQUEÑO ENFERMÉ GRAVEMENTE. Todo inició con fuertes dolores de cabeza y, después de haberme realizado los estudios pertinentes, llegó el temido diagnóstico: un tumor en el cerebro y la nariz. La historia se volvía a repetir, pues meses atrás un tío había fallecido por la misma causa, la diferencia ahora era que yo solo tenía ocho años de edad. Mis padres eran de escasos recursos y no tenían el dinero necesario para tratar mi enfermedad.
En esas circunstancias Dios tocó el corazón de uno de los hermanos de mi madre y él proveyó los medios para mi tratamiento, pero los esfuerzos médicos fueron en vano, y conforme pasaba el tiempo, mi situación empeoraba. Mi madre oraba varias veces al día, suplicando a Dios que me pusiera a descansar o que me sanara y me utilizara completamente en su causa.. Cada mañana me decía: «Confía en Dios, tú eres especial».
Pasó el tiempo y yo no mejoraba, al contrario, llegué a debatirme entre la vida y la muerte. En esa desesperada situación mi madre hizo todo lo posible por trasladarme a la iglesia un sábado, al tiempo que le decía a Dios que me depositaba en sus manos, que a partir de esos momentos ya no pertenencia más a ella, sino a Dios mismo y si era su voluntad el recuperarme, le serviría por el resto de mi vida.
Fue allí donde una nueva historia comenzó. Milagrosamente me recuperé y pocos días después de ese sábado se podía notar mi gran mejoría. Han pasado ya unos cuantos años, y hoy dedico mi vida a proclamar el nombre de Jesucristo. Tuve la oportunidad de participar en el proyecto misionero OY1M [Un Año en la Misión, por sus siglas en inglés] en el año 2016 y gracias a Dios estoy grabando mi primera producción musical titulada «Mi promesa».
Amigo, no importa cuán grande sea tu problema, si confías en Dios tu vida será transformada. No te rindas, cuando crees que todo está perdido y que ha llegado el final, Dios abre nuevas puertas y te da nuevos comienzos. Hoy te invito a aferrarte a esa promesa y a vivir conforme a ella.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Por tanto, no tengan miedo, pues yo soy su Dios y estoy con ustedes. Mi mano victoriosa les dará fuerza y ayuda; mi mano victoriosa siempre les dará su apoyo».
«Yo te pido que seas fuerte y valiente, que no te desanimes ni tengas miedo, porque yo soy tu Dios, y te ayudaré por dondequiera que vayas.». Isaías 41: 10, TLA;Josué 1: 9, TLA
UN NUEVO DlA ESTÁ POR comenzar, una vez más el sol va a salir, y hoy enfrentarás nuevas luchas, batallas y pruebas. Quizás hoy sea uno de esos días en los que no tienes ni el más mínimo deseo de levantarte de la cama y salir a afrontar los retos de la vida cotidiana. Vivimos en un mundo lleno de tentaciones y dificultades y eso hace que quizás sientas que ya no te quedan fuerzas, que ya no quieres seguir adelante y que lo único que quieres es tirar la toalla; pues te parece que nadie te entiende y que no vale la pena seguir luchando.
En una ocasión me sentía exactamente así. Me encontraba como misionero en un lugar llamado Sibal. Estos pensamientos negativos no cesaban. Me sentía solo y no atinaba más que preguntarme: «¿Para qué continuar? ¿Qué gano yo con seguir?». Ni la amabilidad de los hermanos ni la amistad de las nuevas personas que conocí llenaban ese vacío de soledad, cuando de la nada salió un personaje en medio de la oscuridad y me dijo: «No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa». «Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas» (Isaías 41: 10; Josué 1: 9). Habiendo dicho esas palabras, me sonrió y desapareció en medio de la negrura de la noche.
¡Qué maravilloso! ¿Te das cuenta?
No estamos solos, hay un gran Dios, el Dios de las fortalezas, el que te dice: «No , yo soy tu Dios, y estoy contigo». Por eso no hemos de temer ante las grandes adversidades de esta vida, pues el Todopoderoso que sustenta el universo entero, es el mismo que nos promete fortaleza y apoyo. Comienza, pues, este nuevo día con la bendita esperanza que no estás solo.
Enfrenta y gana esas batallas en el nombre de Jesús y entrégate completamente a él.
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Los que conocen tu nombre confían en ti, porque tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan». Salmo 9: 10, NTV
Gracias profesor por la oferta que me está haciendo, pero no puedo ir en contra de mis principios ni de la Palabra de Dios. Estaré estudiando fuertemente para el examen completivo. Que tenga buen día». Con estas palabras rechacé la oferta que me daba el profesor de presentar nuevamente el examen final en sábado, frente al resto de mis compañeros del octavo semestre de Ingeniería civil.
No era la primera vez que enfrentaba un obstáculo por mis creencias. Sin embargo, esta vez era diferente. En situaciones anteriores había podido hacer uso de mi libertad religiosa para presentar los exámenes durante la semana. Algunos exámenes de esta carrera requieren aproximadamente seis horas para concluirlos. Por lo tanto, se realizan los sábados.
Por mi decisión de no tomar los exámenes en sábado, todos debíamos tomarlos durante la semana, por consiguiente teníamos menos tiempo para completarlos. El último examen decidía si aprobábamos o no la materia. Así que puedes imaginar la presión que el profesor y mis compañeros ejercieron sobre mí para que aceptara presentar ese examen el sábado. No obstante la presión me mantuve firme y pude tomar el examen un viernes en la tarde. Al concluirlo sentí frustración por no haber obtenido la nota que necesitaba. El examen era mucho más complicado que los anteriores. El profesor parecía estar enojado porque yo no había cambiado mi decisión. Entonces me dio la oportunidad de repetir el examen el sábado, pero rechacé la oferta.
Cuando llegué a mi casa empezó la lucha entre mis principios y mis deseos de aprobar la materia. Aunque había rechazado la oferta seguía pensándolo, pues tenía la oportunidad de ir al otro día y tomar el examen. Tras una noche de angustia, finalmente decidí confiar en Dios y al día siguiente asistí a la iglesia.
El sábado en la noche comencé a prepararme para tomar el examen completivo. Poco sabía yo que Dios tenía todo preparado. El lunes el profesor me notificó que podía terminar el examen ese mismo día. Yo me había preparado sin saber que ya Dios había hecho su parte. Ese día aprobé la materia y mi fe en Dios creció aún más. ¡El Señor quiere que vivamos actos de fe!