DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«¡Nada podrá separamos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!». Romanos 8:39
CONTINUANDO CON MI RELATO que empezamos ayer te cuento que, pasados unos meses estudiando la Biblia, mis dos nuevos amigos me invitaron a una campaña de quince días. Cuando hicieron los llamados al bautismo me dio vergüenza y no me levanté; pero cuando fueron a mi hogar y me preguntaron si quería bautizarme acepté.
El día del bautismo decidí dar un paseo en otro barrio con unos amigos. Se acercaron a nosotros unos policías y nos dijeron: «Ustedes no son de aquí, ¿qué hacen por aquí?», y nos detuvieron para investigarnos. Al pasar por el corredor que conducía a la celda preventiva escuchaba desde las celdas interiores del penal que me llamaban, unos para darme la bienvenida y otros para amenazarme. Al entrar a la celda y mirar a mí alrededor escuché una voz que me preguntó: «¿Esta es la vida que quieres?». Respondí que no y decidí bautizarme ese mismo día, pero salí a la media noche.
Al día siguiente los hermanos fueron a mi casa a buscarme, les conté lo que había pasado y con un abrazo y una sonrisa en su rostro me llevaron a la iglesia. Para colmo de males no había agua y como pensaron que no habría más bautismos, los hermanos habían vaciado el bautisterio. Mientras miraba la pileta vacía se me acercó un hombre mayor, me miró y me dijo: «Si yo tengo que traer un carro de bomberos para que llene este pila y te puedas bautizar, lo haré, mañana serás bautizado para la honra y gloria de Dios», y así fue.
Pasó el tiempo y el Señor hizo su obra, mi vida comenzó cambiar y en el 2006 decidí ir a estudiar inglés a UNADECA (Universidad Adventista de Centroamérica, Costa Rica). Al llegar allí participé de un proyecto misionero que buscaba plantar una congregación. Predicar se volvió mi pasión, dedicaba mis tiempos libres a estudiar la Biblia con la gente, hasta que se me hizo la invitación de estudiar Teología y acepté con mucho gusto.
Al finalizar fui llamado para ser pastor en el mismo lugar donde me bauticé. Ya han pasado seis años y sigo sirviéndole a Dios.
¿Cuál es tu historia?
Recuerda que no importa de dónde vengas ni adónde vayas, nada podrá separarte del amor de Dios.