DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece». Filipenses 4: 13, RV95
CUANDO ERA PEQUEÑO ENFERMÉ GRAVEMENTE. Todo inició con fuertes dolores de cabeza y, después de haberme realizado los estudios pertinentes, llegó el temido diagnóstico: un tumor en el cerebro y la nariz. La historia se volvía a repetir, pues meses atrás un tío había fallecido por la misma causa, la diferencia ahora era que yo solo tenía ocho años de edad. Mis padres eran de escasos recursos y no tenían el dinero necesario para tratar mi enfermedad.
En esas circunstancias Dios tocó el corazón de uno de los hermanos de mi madre y él proveyó los medios para mi tratamiento, pero los esfuerzos médicos fueron en vano, y conforme pasaba el tiempo, mi situación empeoraba. Mi madre oraba varias veces al día, suplicando a Dios que me pusiera a descansar o que me sanara y me utilizara completamente en su causa.. Cada mañana me decía: «Confía en Dios, tú eres especial».
Pasó el tiempo y yo no mejoraba, al contrario, llegué a debatirme entre la vida y la muerte. En esa desesperada situación mi madre hizo todo lo posible por trasladarme a la iglesia un sábado, al tiempo que le decía a Dios que me depositaba en sus manos, que a partir de esos momentos ya no pertenencia más a ella, sino a Dios mismo y si era su voluntad el recuperarme, le serviría por el resto de mi vida.
Fue allí donde una nueva historia comenzó. Milagrosamente me recuperé y pocos días después de ese sábado se podía notar mi gran mejoría. Han pasado ya unos cuantos años, y hoy dedico mi vida a proclamar el nombre de Jesucristo. Tuve la oportunidad de participar en el proyecto misionero OY1M [Un Año en la Misión, por sus siglas en inglés] en el año 2016 y gracias a Dios estoy grabando mi primera producción musical titulada «Mi promesa».
Amigo, no importa cuán grande sea tu problema, si confías en Dios tu vida será transformada. No te rindas, cuando crees que todo está perdido y que ha llegado el final, Dios abre nuevas puertas y te da nuevos comienzos. Hoy te invito a aferrarte a esa promesa y a vivir conforme a ella.