“Receta practica para hacer una obra de arte”
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10).
La primera vez que entré, sentí un escalofrío vibrante, más allá del fastidio que tenía por la gran cantidad de gente y las largas filas. La gente se amontonaba y te chocaba. Incluso algunos, más osados, sacaban sus teléfonos celulares y cámaras de fotos y apuntaban hacia arriba (lo que les valía el enérgico reto de los guardias).
Más allá de esto, me acomodé como pude bajo la afamadísima pintura que representaba el toque entre Dios y Adán. Y medité no solo en la magnificencia de esas obras, sino además en el tremendo potencial que Dios nos dio como seres humanos.
Sí, ese día había ingresado en la Capilla Sixtina, en Roma, Italia, y estaba contemplando los espectaculares frescos de la infinita bóveda, el gran trabajo que comenzó Miguel Ángel el 10 de mayo de 1508 (y que culminó en 1512). La técnica del fresco es muy peculiar, porque la obra se ejecuta sobre la cal aún fresca, y los colores aplicados sobre el muro húmedo producen un efecto que se modifica cuando se secan. Así, el pintor debe prever e intuir cómo quedará la obra. Otra dificultad es que no se puede corregir lo hecho. Por eso, estas grandiosas pinturas de Miguel Ángel son una obra de arte sin lugar a dudas.
¿Cómo lo logró? Aquí te dejo algunas ideas:
- Aprende de los demás. Todo triunfador sabe que no lo sabe todo y tiene la humildad de consultar. Al inicio, Miguel Ángel fracasó en aplicar la técnica del fresco y recurrió a Giuliano da Sangallo para aprender. Y tuvo que volver a empezar.
- Un camino sin obstáculos no te lleva a ningún lado.
- Sé paciente. Miguel Ángel pasó cuatro años subido a aquellos andamios en la Capilla Sixtina para culminar su obra. Para pintar “La creación de Adán”, tardó solo dieciséis días.
Hoy puede ser un día histórico. Puedes iniciar la mejor obra de arte del universo: tener un carácter como el de Jesús para llegar al cielo. ¡Manos a la obra, entonces!
“Los pensamientos deben concentrarse en Dios. Debemos dedicar nuestro esfuerzo más enérgico a dominar las malas tendencias del corazón natural. Nuestros esfuerzos, nuestra abnegación y nuestra perseverancia deben ser proporcionales al valor infinito del objetivo que perseguimos. Sólo venciendo como Cristo venció podremos ganar la corona de vida” (Elena de White, El ministerio de curación, p. 361). PA
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Pablo Ale – Marcos Blanco
Lecturas devocionales para Jóvenes 2017