“Un himno a la alegría”

“Porque lo has bendecido para siempre; lo llenaste de alegría con tu presencia” (Salmo 27:6).

Estoy seguro de que has escuchado esa sublime melodía cientos de veces. Y estoy seguro de que, en cada una de ellas, se te puso la piel de gallina. Ciertamente, no has estado presente aquel histórico 7 de mayo de 1824 en Viena, Austria, cuando Ludwig van Beethoven, el notable compositor alemán, estrenó la Novena Sinfonía.

Cuentan los biógrafos que Beethoven estaba ansioso por estrenar su trabajo en Berlín tan pronto como fuera posible después de terminarlo, dado que pensó que el gusto musical en Viena estaba dominado por compositores italianos. Cuando sus amigos y financistas oyeron eso, lo motivaron a estrenar la sinfonía en la misma Viena.

Para entonces, ya habían pasado diez años del estreno de la Octava Sinfonía, y el grandioso maestro musical tenía el sentido de la audición deteriorado. Sin embargo, eso no fue impedimento para componer una de sus obras maestras, que incluye en uno de sus movimientos el “Himno a la alegría”. Aquella noche del 7 de mayo, el público ovacionó de pie al eminente compositor, pero tuvieron que tocarle la manga del saco para que se diera vuelta y mirara. No podía oír completamente nada.

Dicen que Beethoven pensó en quitarse la vida ante su irreversible sordera. No es justificable, pero se entiende que, humanamente, un músico pueda llegar a tal razonamiento. Sí: la vida no es justa. No: la vida no es fácil.

Le sucedió también a David. El Salmo 21 (como muchos otros) son cantos de angustia, mezclados con la alegría de la liberación.

Hoy pude ser un día histórico. Desafíate a más ante los reveses. Desecha las excusas de la “sordera” y compon tu propia obra maestra de vida. Que tu existencia sea un canto a la alegría, más allá de los problemas.

“Nuestra fe debe despertarse para captar las promesas de Dios, y no debemos quejarnos ni estar tristes porque, si lo hacemos, deshonramos a Dios. Debemos tratar de tener una actitud mental que nos llene de alegría y esperanza. La paz de que gozamos en la actualidad no debe ser perturbada por pruebas anticipadas, porque Dios nunca abandonará a una sola alma que confíe en él. Dios es más poderoso que nuestros temores” (Elena de White, Cada día con Dios, p. 56). PA

DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2017

UN DÍA HISTÓRICO

Pablo Ale – Marcos Blanco

Lecturas devocionales para Jóvenes 2017