“Penny Black marcó el camino”
“Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo” (2 Timoteo 2:19).
El 6 de mayo de 1840 fue un día histórico. Ese día, el llamado Penny Black (Penique Negro) entró en validez y se convirtió en el primer sello postal de la historia, emitido por el Reino Unido. Todo fue por iniciativa de Rowland Hill, tras la reforma del sistema postal destinado a hacer pagar al que envía la carta o el paquete, según el peso del envío y la distancia, y no al destinatario, como hasta entonces.
La reforma era necesaria. Según cuenta la historia, en el año 1835 el profesor Hill, que viajaba por Escocia, llegó a una posada a descansar. Allí, vio cómo la dueña del lugar rechazaba una carta por no tener el dinero para pagarla. Al ver esto, Hill se ofreció a pagar el importe, para que la carta llegara a destino.
Aquel primer sello postal tenía la efigie de la reina Victoria. Tuvo una primera tirada de 60 mil ejemplares y, hasta que fue retirado de la circulación, en 1841, se emitieron 68 millones de sellos.
Un mensaje, una tarifa que pagar, un sello. ¡Qué hermosas analogías de lo que Dios hizo por nosotros! Sin recursos, desvalidos y sin posibilidad de vida eterna, estábamos irremediablemente perdidos. Pero Dios, en su infinito amor, pagó nuestra deuda. Su sacrificio nos devolvió la vida. Así, redimidos del pecado, somos suyos; ahora, librados de la condenación, tenemos la salvación.
Por eso él coloca en nosotros su sello; el sello de un rey. Con esta notable perspectiva, nuestra vida cambia. Por amor, obedecemos los Diez Mandamientos del Rey, incluso el cuarto, que implica reposar y santificar el día sábado. De hecho, en la Biblia este es el sello de Dios. Así lo declara Éxodo 31:13: “Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico”.
Hoy puede ser un día histórico. Apártate del mal. Que los demás reconozcan en ti el sello de Dios. Por tu bondad, tu calma en las pruebas y paz interior, tu alegría y mansedumbre, y por honrar los Mandamientos, representa dignamente el divino sello que llevas.
“La Palabra de Dios nos enseña a ser amables, tiernos, compasivos y corteses.
Cultivemos el amor cristiano. Lleve todo lo que hagamos el sello de este amor” (Elena de White, Cada día con Dios, p. 264). PA
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Pablo Ale – Marcos Blanco
Lecturas devocionales para Jóvenes 2017