“Un paseíto por el espacio”
“Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmo 8:3,4).
Todos hemos mirado un documental o una película acerca del espacio, y soñado con poder viajar allí. Durante décadas, la única posibilidad era convertirse en astronauta, de la NASA estadounidense o de Rusia, pues los transportes y las estaciones espaciales eran gubernamentales. A comienzos del siglo XXI, empresas privadas se iniciaron en fabricar vehículos y alojamientos turísticos espaciales. Esto originó el turismo espacial, realizado a más de cien kilómetros de altura sobre la Tierra, donde comienza la frontera del espacio.
Hasta fines del siglo XX, las dos potencias mundiales mencionadas competían por la carrera por el espacio, y rechazaban, intentos privados de adentrarse en el espacio exterior. Con la disgregación de la Unión Soviética y la crisis económica posterior, Rusia aceptó la oferta de llevar a un turista: alguien que viajaba por motivos extraprofesionales. Pero, Estados Unidos se opuso: no quería convertir la estación espacial internacional (ISS) en un refugio para millonarios excéntricos.
Sin embargo, el magnate estadounidense y ex ingeniero de la NASA Dennis Tito fue el primero en viajar al espacio por placer, el 28 de abril de 2001… previo pago de 20 millones de dólares a la Agencia Espacial Federal Rusa por entrenamiento, viaje y estadía en la estación espacial. Dos días después, Tito llegó a la estación. Regresó a la Tierra el 6 de mayo. Sus primeras palabras, al aterrizar, fueron: “Acabo de regresar del paraíso”. Incluso para alguien familiarizado con los viajes espaciales, ¡el viaje había superado sus más elevadas expectativas!
No sé tú, pero yo no podría siquiera soñar con hacer alguna de estas “excursiones”; al menos de este lado de la historia de este mundo. La Biblia menciona que lo primero que haremos, luego de nuestra transformación, será un viaje interespacial. En la Segunda Venida, los muertos en Cristo serán resucitados y los vivos en Cristo seremos arrebatados con ellos. Digo “seremos”, porque considero que la Segunda Venida está cercana, y anhelo estar entre quienes esperarán a Jesús con sus brazos en alto.
Entonces todos juntos, los redimidos de todas las edades, realizaremos el viaje espacial más maravilloso, hasta la Jerusalén celestial. Y lo más estupendo es que ¡tendremos como guía al Creador de todo el universo! Allí podremos comenzar a desentrañar los secretos de ese vasto universo creado.
En lugar de ahorrar dinero que será destruido cuando Cristo venga, comencemos a poner nuestro tesoro en los cielos, y disfrutaremos de ese viaje en primera clase, junto a la compañía universal más maravillosa. MB
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Pablo Ale – Marcos Blanco
Lecturas devocionales para Jóvenes 2017