Monthly Archives: November 2018
Un caso perdido— Tercera parte—
«Entonces el Señor me respondió: “Si regresas a mí, volveré a recibirte y podrás servirme. […] Yo estoy contigo para salvarte y librarte. Yo, el Señor, doy mi palabra”». Jeremías 15: 19-20
Después de largas noches de oración y varios días de ayuno, mi hermano llegó a Estados Unidos, allí se reconcilió con el Señor a través del bautismo. Tiempo después, con mi esposo, tuve el privilegio de visitarlo y justamente ese sábado que lo acompañamos a la iglesia el pastor mencionó que la junta había tomado el voto de nombrarlo anciano. Fue algo conmovedor saber que a Dios no le interesa nuestro pasado. Cuando Dios perdona, restaura y bendice.
Mientras escribo estas líneas mi hermano sirve al Señor como primer anciano en una Iglesia Adventista en Nueva Jersey, donde conoció a una linda joven muy cristiana, con la cual contrajo matrimonio y juntos gozan del placer de ser padres de un hermoso bebé. Dios lo ha bendecido mucho.
Aquel joven que se burló de nuestra fe perdió la vida, al igual que todos sus amigos que estaban involucrados en el negocio de las drogas. Recuerda que la paga del pecado es la muerte. Hay caminos, como dice la Biblia, que nos parecen rectos, pero al final conducen a la muerte. Por eso hoy quiero animarte a tomar decisiones sabias, creo que Dios salvó la vida de mi hermano y lo libró del peligro, pero muchos jóvenes hoy en día no tienen la misma suerte, para muchos la muerte, la enfermedad y la destrucción llegan antes de que puedan tomar la decisión de arrepentirse y entregarse al Señor.
Qué bueno que contamos con la bendición de un Dios amoroso que está cerca de todo el que lo invoca. Tal vez al leer estas líneas estás pasando por un problema y piensas que tu situación no tiene solución. Si ese es tu caso te animo a clamar al Señor, su poder no tiene límites. El es capaz de cambiar nuestra tristeza en gozo. Jamás te va a reprochar por tus acciones pasadas, cuando él perdona olvida para siempre y te hace una nueva criatura.
Si Dios fue capaz de trasformar la vida de mi hermano, el caso imposible, sé que puede hacer lo mismo por ti hoy.
Blanca Rosa Martínez Reyes, Honduras
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
Un caso perdido — Segunda parte—
«Yo soy el Dios de Israel y de todo el mundo. No hay absolutamente nada que yo no pueda hacer». Jeremías 32: 27, TLA
UN DÍA, MIENTRAS ESTABA en casa de mis padres, llegó una amiga a visitarme y ella me contó que el mejor amigo de mi hermano había llegado a su casa y le había contado cómo mi hermano estaba despilfarrando el dinero en restaurantes, chicas y negocios ilícitos. Ella le había contestado que Dios tenía planes para mi hermano pero el joven se había burlado de Dios y de la fe de mi amiga.
Cuando mi amiga me contó lo sucedido sentí como una bofetada en la cara, necesitaba hablar con Dios y contarle lo que estaba sintiendo, mi amiga se fue y yo me encerré en mi habitación a orar. No sé cuánto hablé con el Señor, pero sí recuerdo que le pedí algo específico: «Padre, permite que ese joven que se ha burlado de nuestra fe y mi hermano, se den cuenta de que el Dios a quien adoramos es un Dios real».
Un viernes de tarde un hermano de la iglesia me llamó para decirme que un grupo de jóvenes de la capital estaría esa noche en la iglesia y que presentarían una película titulada «La última batalla». De inmediato llamé por teléfono a mi hermano y le supliqué que fuera a la iglesia. «Necesito que veas una película muy importante, luego te preguntaré de qué se trata», le dije para comprometerlo. Aunque la verdad es que yo no había visto la película así que no sabía de qué trataba el filme.
Mi hermano se fue a la iglesia con algunas chicas de la calle. Se sentaron en la última banca. Cuando empezó a ver la película se sintió identificado con uno de los personajes. Llegó a casa y me llamó a su habitación, allí empezó a llorar y me dijo: «Yo soy Lucas, tengo la misma edad de Lucas y estoy haciendo lo mismo que él». Como yo no sabía de qué Lucas hablaba le pregunté: «¿Y qué hace Lucas?». «Está metido en drogas —me dijo—, yo no quiero perderme». Elice una oración con mi hermano y luego nos reunimos con el resto de la familia para decidir cómo podíamos ayudar a mi hermano. Después de discutir el tema decidimos sacarlo del pueblo esa misma noche y luego enviarlo fuera del país. Mañana te contaré el final de la historia de mi hermano.
Blanca Rosa Marínez Reyes, Honduras
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
Un caso perdido — Primera parte—
«Les digo, ustedes pueden orar por cualquier cosa y si creen que la han recibido, será suya». Marcos 11: 24, NTV
MI HERMANO MENOR TENÍA VEINTIÚN AÑOS. Desde pequeño mis padres lo instruyeron en los caminos del Señor y él participaba en los servicios de nuestra pequeña congregación, donde servía como diácono, a pesar de ser muy joven. El era el menor de los varones, o el hijo número once, para ser más específicos. Como mis padres ya eran de edad avanzada él se encontraba a cargo de la propiedad.
Un día, mi hermano dejó la pequeña aldea, viajó a la ciudad donde mi hermana menor estudiaba y allí se dedicó a los negocios y consiguió nuevos amigos que la familia desconocía. Estas nuevas amistades influyeron para que poco a poco mi hermano se apartara de la fe. Entonces decidí tomar cartas en el asunto y qué mejor manera de hacerlo que orando por mi hermano.
Una madrugada oré mucho por él, más tarde ese mismo día lo llamé para animarlo en la fe pero él me respondió de mala manera, empezó a criticar la iglesia y sus dirigentes, algo típico de los seres humanos, preferimos culpar a otros que reconocer nuestros propios errores. La conversación concluyó y yo quedé muy triste, mi esposo notó que yo estaba afligida y preocupada y me propuso que me fuera un mes a la casa de mis padres, a lo cual accedí con gusto, ya que vivíamos a seis horas de distancia.
Después de estar algunos días en casa de mis padres me di cuenta de que mi hermano no amanecía en casa, muchas veces solo escuchaba cuando se iba con sus amigos, así que llamé a mi esposo y le conté que quería regresar a casa ya que mi hermano era «un caso perdido». Mi esposo me preguntó: «¿Cuánto tiempo acordamos que estarías allí?». «Un mes», le contesté. «Bueno —me dijo—, apenas tienes una semana. Sigue orando que algo sucederá».
¿Crees que ya has orado lo suficiente y no ves a Dios actuar? Por favor no desistas, algo está a punto de suceder, no pierdas la fe.
Blanca Rosa Martínez Reyes, Honduras
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«La patada salvadora» —Segunda parte—
«Amo al Señor porque ha escuchado mis súplicas, porque me ha prestado atención. ¡Toda mi vida lo invocaré!». Salmo 116: 1-2
Aunque desde un principio la espada del cáncer se mantuvo colgando sobre mi cabeza, mi esposa y yo vimos cómo Dios actuó en mi favor. Los estudios descartaron la posibilidad de cáncer. La masa en el riñón era un simple quiste, pero todavía los médicos se mostraban sospechosos respecto a la masa en la ingle. ¿Que podría ser?
Fuimos a ver a un médico cirujano que había interpretado una tomografía y que pensaba que no era un tumor lo que tenía ahí. Durante el examen físico descubrió que tenía una pequeña hernia y programó una cirugía menor, por laparoscopia, para el martes siguiente y de paso realizaría una exploración para determinar qué era la masa misteriosa que tenía en la ingle.
Mi esposa y yo oramos e hicimos los arreglos para la cirugía. Mi esposa, al ser enfermera y al trabajar en el centro médico en el que se realizaría el procedimiento, pidió estar presente. Al iniciar el procedimiento se dieron cuenta de que la «masa» tenía prioridad ante la hernia, pues se trataba de un plastrón apendicular. Los médicos y mi esposa estaban sorprendidos y también estaban agradecidos de que no era un tumor. Sin embargo, la sorpresa sería aun mayor.
Mientras se estaba llevando a cabo la cirugía, el cirujano principal descubrió que la apéndice se había reventado unos dos o tres meses antes de la cirugía. Esto fue un impacto para todos, porque no había tenido ningún síntoma hasta que Keyra me había pateado. En algún momento, en medio del trajín de la vida, el apéndice había reventado, pero Dios, de manera milagrosa, había contenido toda la contaminación que implica esta situación. Por lo general, cuando el apéndice explota, la persona muere unas 72 horas más tarde, producto de la contaminación. A esto se le conoce como muerte por septicemia.
Cuando salí del quirófano, tres horas y media más tarde, mi esposa me contó lo sucedido. Al principio no comprendía lo que me decía. Al investigar, llegué a comprender cuán grande había sido la misericordia y el amor de Dios en mi favor. Aquella experiencia cambió mi vida, ya no soy la misma persona, no solo porque ya no tengo apéndice, sino porque experimenté de primera mano la protección divina por medio de «la patada salvadora».
Luis M. Acevedo, República Dominicana
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
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Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
Mi fortaleza
«Diré yo a Jehová: “Esperanza mía y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré”». Salmo 91: 2, RV95
TENIA APENAS ONCE AÑOS cuando mis padres tomaron la decisión de separarse, mi hermano tenía ocho años y mi hermana cinco años. La separación de mis padres fue un golpe muy duro, sentía que mi mundo se venía abajo, en ese momento doblé las rodillas y le pedí a Dios que no me dejara sola, que estuviera conmigo en todo momento.
Luego de la separación de mis padres mi vida cambió por completo, cada mañana me levantaba temprano para preparar el desayuno para mis hermanos y mi papá, luego salíamos a la escuela. Después de un tiempo decidí vivir con mi madre y recuperar un poco del tiempo perdido, pero poco tiempo después regresé con mi padre y mis hermanos. Esa misma semana me ofrecieron trabajo en el CEA, institución en la que laboro hasta la fecha, por la gracia de Dios.
En el año 2011 papá fue diagnosticado con una grave enfermedad llamada Esclerosis lateral amiotrófica (ELA por sus siglas en español o ALS en inglés), eso fue devastador para nosotros, pues como quizás sabes la esclerosis es incurable. Oramos pidiendo a Dios fortaleza y empezamos el tratamiento. Aunque hicimos todo lo humanamente posible por ayudarle a recuperar la salud, papá empeoraba cada día más. Una noche me dijo: «Hija, estoy listo para partir». En ese momento sentí que me moría, no quería aceptar esa realidad. Salí del cuarto, fui al patio y llorando le pregunté a Dios: «¿Por qué?».
Con mucho dolor y tristeza vi a mi padre descansar en el Señor poco tiempo después. Mientras estemos en este mundo de pecado no podemos evitar pasar por momentos difíciles, pruebas y angustias, pero Dios ha prometido acompañamos en todo momento y darnos las fuerzas necesarias para soportar las pruebas.
Hoy quiero que sepas que no importa lo que estés atravesando, puedes tener la seguridad de que Dios está a tu lado, siempre lo ha estado y siempre lo estará.
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Carranza, Honduras
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
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Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
En las manos de Dios
«Señor, mi Dios, te pedí ayuda, y me sanaste; tú, Señor, me salvaste de la muerte; me diste vida, me libraste de morir». Salmo 30: 2-3
Algo en mí cambió cuando descubrí que Dios no me había librado de la enfermedad. Ya no estaba tan preocupado por el milagro que anhelaba. Acepté la voluntad de Dios para mi vida y me dediqué a prepararme espiri- tualmente. Estudié la Biblia y oré mucho. No me importaba perder esta vida, pero no estaba dispuesto a perder la vida eterna.
Me encontraba solo en un hospital. Mi familia materna no podía estar conmigo, por razones que entendía perfectamente. Los que podían no estaban dispuestos a arriesgar su salud entrando en contacto conmigo. A pesar de todo no me sentía desanimado. Había entrado en una nueva esfera en mi relación con Dios y eso me bastaba.
Pronto empezaron a llegarme noticias como: «Acaba de morir un jovencito como tú de esa misma enfermedad en la habitación contigua». «Murió un empresario de una reconocida compañía disquera de Hepatitis B» y otras más. Parecía que Satanás no estaba conforme con quitarme la salud sino que ahora quería arrebatarme la paz.
Una noche, no sé si dormido o despierto, recuerdo haber visto a Jesús acercarse a la cama donde me encontraba y mientras extendía su mano, algo fluyó de mí hacia la cama. No le di mucha importancia, hasta el día en que los médicos se reunieron para determinar qué harían conmigo. Los escuchaba mientras decían que tenían que desocupar la cama que estaba usando, pues había otros pacientes que la necesitaban. A fin de cuentas, ya no había nada que pudiese hacerse por mí. Me repitieron varios análisis para colocarlos en mi expediente y enviarme a morir a mi casa. Cuando recibieron los resultados no podían creer lo que veían: «Hepatitis B negativo».
Hoy sigo creyendo que Dios puede mover montañas. Él no las moverá cuando nosotros creamos que deba hacerlo, sino cuando él entienda que es lo mejor para nosotros y nuestro destino eterno. Este, al fin y al cabo, es lo que cuenta. Dios obrará a su tiempo, en el momento correcto.
Nunca olvides que, sin importar el resultado, si confías en Dios y en sus planes para tu vida, estarás en las mejores manos posibles.
Carlos Acosta, República Dominicana
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
«Fracaso» no está en el diccionario de Dios
«Ustedes se propusieron hacerme mal, pero Dios dispuso todo para bien. El me puso en este cargo para que yo pudiera salvar la vida de muchas personas».Génesis 50: 20, NTV
No había cumplido los dieciocho años de edad cuando inicié la universidad y, al igual como sucede hoy en día con muchos estudiantes, el contraste radical entre la secundaria y la universidad resultó abrumador para mí. Siempre supe que estudiaría algo relacionado con el dibujo y el diseño, porque desde muy pequeño disfrutaba estas actividades, y era bueno en ellas, así que le pedí a mis padres que me inscribieran en la facultad de arquitectura.
Cuando ingresé a la universidad me encontré sin amigos y sin el apoyo de mis antiguos maestros, en la universidad parecía que a los profesores les pagaban para hacemos la vida imposible. No me fue muy bien ese primer año. Pero más que mis calificaciones, lo que en realidad me frustró al punto de abandonar los estudios fue la forma como me trató un docente por mi decisión de no ir a clases en sábado. Esa materia se impartía los jueves y los sábados era el día de práctica en las mesas de dibujo. El problema era que el profesor casi nunca iba los jueves, y los sábados mandaba un asistente. Hacía en casa las tareas que el asistente asignaba y las mandaba con algunos de mis compañeros, pero siempre las recibía con mala calificación, aun cuando yo sabía que estaban bien.
Logré localizar al profesor titular para explicarle mi problema, pero me dijo que todo dependía de su asistente, este me dijo sarcásticamente que si yo ponía un pie un sábado en su clase, me exoneraría la materia.
Como ya te mencioné, abandoné los estudios luego de aquella experiencia. Varios años pasaron y decidí volver a la universidad, esta vez a estudiar informática. Con mucho esfuerzo logré graduarme de ingeniero en sistemas y, por la forma como Dios me ha utilizado durante todos estos años en materia de tecnología, puedo decir con toda seguridad que Dios puede convertir todos nuestros fracasos en bendiciones, si le permitimos que dirija nuestras vidas. Hoy trabajo y también soy profesor en la misma universidad en la que fracasé en mis inicios. Soy encargado de un departamento en el área de tecnología y me entusiasma ayudar a estudiantes con situaciones que les dificulten sus estudios.
Yoel Cueto Santana, República Dominicana
DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2018
365 VIVENCIAS DE JÓVENES COMO TÚ
Lecturas devocionales para Jóvenes 2018
INTRODUCCION: Cuando escuchas el título, te preguntarás “¿ventanas?” algunos inmediatamente harán memoria o conexión con Malaquías 3:10 que nos habla de los diezmos y ofrendas, y que si somos fieles en devolver a Dios lo que ya es de Él, Él nos abrirá las “ventanas” de los cielos y derramará bendiciones hasta que sobreabunde. Aunque esto es cierto, el tema de hoy no tiene que ver con Malaquías 3:10 ni de diezmos u ofrendas pero si tiene que ver con la fidelidad. Si somos fieles a Dios “dejando las ventanas abiertas” veremos que también Dios derramará bendiciones sobre nosotros hasta que sobreabunde.
CONTEXTO: Las ventanas que se deben dejar abiertas las encontramos en Daniel 6:10 que dice, “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entro en su casa; abiertas las ventanas de su habitación que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, oraba y daba gracias delante de su Dios como lo solía hacer antes”. Esta es la quinta oración que encontramos en el libro de Daniel. Esta oración obviamente la hace Daniel mismo. El contexto de esta oración es de desesperación, porque Daniel sabe que la ley o edicto que se hizo va en contra de él, las leyes de los Medas y los Persas eran irrevocables (Daniel 6:12). La ley, establecida y manipulada por los sátrapas, gobernadores, capitanes y príncipes (Daniel 6:3) no era solo para eliminar a Daniel su posición como Gobernador, sino de matarlo, ya que el Rey Darío tenia deseos de promoverlo y ponerlo sobre todo el reino (Daniel 6:3). Daniel ahora derrama su ser ante el Señor sabiendo que su vida está amenazada por la promulgada ley. Daniel sabe que su vida está en peligro en los próximos 30 días, y existe el gran riesgo de terminar en las fauces de los leones.
EXCUSAS: Daniel pudo hacer como el mismo Jesús dijo en Mateo 6:6 “Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público”. Pudo decir “bueno Dios mío, tú debes de entender mi situación y sabes que mi vida corre peligro por lo tanto durante estos 30 días, voy a orar con las ventanas cerradas y en secreto. Son solo 30 días, volveré abrir las ventanas para orar”. Daniel no hizo eso, abrió las ventanas para orar como siempre lo hacia. No puso excusas como lo hacemos nosotros, no cambio sino que fue el mismo de siempre a pesar de las circunstancias. Abrió las ventanas, oro 3 veces al día y no puso ninguna excusa. Las EXCUSAS no agradan a Dios. Las excusas no cambian a Dios sino nos cambia a nosotros mismos. No cambian nuestra circunstancias, solo justifican nuestras acciones, pero nunca estarán en armonía con la voluntad de Dios. Una excusa, al final de cuentas, es eso, una excusa. La voluntad de Dios es que dejes las ventanas abiertas.
LA VOLUNTAD: La voluntad de Dios para Daniel es la misma para nosotros hoy en día. Dios quiere que dejes las ventanas abiertas. Los 120 sátrapas, gobernadores, príncipes y aún el mismo Rey Darío sabían que Daniel oraba tres veces al día con las ventanas abiertas. Si Daniel hubiera cerrado la ventana habría demostrado que el rey de la tierra tiene más poder que el Rey del cielo. La voluntad de Dios es que confíes en Él en todo momento, especialmente cuando más lo necesitas. No cierres las ventanas, confía en Dios a pesar que tu vida esté bajo la amenaza de ser echada al foso de los leones. Los leones no son un problema para Dios. ¿Acaso habrá algo difícil para Dios? (Jeremías 32:27) Si para Dios los leones no son una preocupación, tampoco lo deben ser para ti. No te preocupes por los leones de la enfermedad, de la depresión, de las finanzas, de los problemas matrimoniales, de hijos rebeldes, de la droga o el alcohol. Dios está al control, su voluntad es que dejes la ventanas abiertas.
LA ORACION: Daniel oró como siempre. No oró simplemente por lo que estaba pasando, no como muchas veces lo hacemos nosotros. Él oro como siempre. La situación no movió a Daniel orar como oró, porque siempre oraba de la misma manera. La prueba, la crisis, el problema, la situación no fue la razón por la que Daniel derramó su ser ante Dios en oración; porque siempre derramaba su ser a Dios en oración. Daniel oraba así, durante y después de la prueba. Dicen que “es más fácil orar durante la prueba, que vivir una vida de oración.” Necesitamos ser cristianos de oración, con todo nuestro ser, no solo durante la prueba, sino todo el tiempo. Daniel oró mirando hacia Jerusalén porque él tenía la esperanza que algún día regresaría a la santa cuidad. La oración de Daniel era de esperanza. Necesitamos tener esperanza a pesar de las circunstancias. La esperanza no depende de lo que veo sino del Dios en quien confío pero no veo. Daniel tenía la certeza y convicción que él no estaba solo, sino que Dios estaba con El. Cuando nosotros vivimos una vida teniendo presente que Dios está, viviremos una vida diferente.
LA BENDICION: A pesar que Daniel oró, fue echado al foso de los leones. A simple vista pareciera que Dios no contesto la oración. Después de todo, ¿Por qué fue echado al foso de los leones?. Suponemos que Dios cuidaría de Daniel. Recordemos que desde el cielo, Dios puede ver toda la tierra. Es decir, Que Dios ve y sabe todo. Mucho más de lo que nosotros podemos entender o comprender. La respuesta de Dios no siempre será como le queremos, o la pedimos, ni tampoco en el momento que lo pedimos. Los que confían en Dios están dispuestos a ser fieles a pesar de tener que esperar o del método de Dios. Es importante entender que los planes de Dios son muchos más grandes que los nuestros. Al final de la historia, Daniel fue liberado y Dios cerró la boca de los leones. Dios estuvo con Daniel mientras estuvo en el foso de los leones. De igual manera, Dios también nos acompaña en el mismo foso de los leones en el que estamos. Si vemos bien la historia, Daniel ya sabía muy bien quien era Dios, el Rey de los cielos y de la tierra, quien no lo sabía era Darío. Quien necesitaba salvación no era Daniel, sino el Rey. Dios deseaba salvar el Rey Darío a través de Daniel. Era a través de la prueba de su siervo que Dios iba llegar al corazón del Rey. Darío amaba mucho a Daniel. conocía muy bien que Daniel era judío y creía en el Dios de Israel y también sabía que Daniel oraba 3 veces al día y que era un fiel creyente de Jehova, solo que no conocía personalmente al Dios de Daniel. Era por medio de esta prueba que iba a ver y a conocer al Dios de Israel. Muy temprano por la mañana el primero en llegar al foso de los leones fue el Rey Darío. Lo primero que hace es gritar: “Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tu continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?” quien más estaba pendiente de lo que Dios iba hacer con la situación de Daniel era Darío, Y fue así. Vio el poder de Dios ser manifestado a través de la prueba de Daniel. Nuestras pruebas no solo nos afectan, sino también a aquellos que nos están viendo. Cuando vencemos las pruebas, con el poder de Dios, somos bendecidos grandemente. Esa bendición no se queda solo con nosotros, sino también con aquellos que son testigos del poder de Dios. Al final de la historia, Darío escribe una ordenanza a todas las naciones declarando que todos los que están bajo su dominio deben de temer ante la presencia del Dios de Daniel. (Daniel 6:26), incluyendo al mismísimo Rey.
OPORTUNIDAD: La historia de Daniel muestra el poder y la protección de Dios a través de la prueba. No solamente revela la manera como Dios lo salvó, sino también al rey. ¿Qué habría pasado si Daniel no hubiera dejado las ventanas abiertas? ¿Qué si Daniel hubiera cerrado las ventanas? Algunos dirían que es un detalle insignificante, sin valor, Pero recuerda, que lo que para ti es pequeño para Dios tiene muchísimo significado. Dejando las ventanas abiertas, era la oportunidad que Dios le dio a Daniel para demostrar su fe. Nuestro Dios nos brinda oportunidades para ejercer nuestra fe en él. Debes de recordar que la acción tiene consecuencias para bien o para mal, y que también influyen para bien o para mal de aquellos que nos ven. Si hoy te encuentras con la oportunidad de ejercer tu fe, deja las ventanas abiertas. Dios te bendecirá y serás bendición para otros. Aprovéchala y atesórala.